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.2010 - Volumen 3, Número 1 (e).
 
       
       
   
Evaluación de Competencias Docentes: una Experiencia en
Tres Posgrados en Educación
 
       
    Isabel Guzmán Ibarra, Rigoberto Marín Uribe y Ana María González Ortiz  
       
   

Se presentan avances de una investigación que destaca como objeto de estudio a la evaluación de competencias docentes. Se realiza en los posgrados de tres instituciones formadoras de docentes (ifd) de la ciudad de Chihuahua. Considera como preocupación temática inicial el análisis sobre las competencias y se traza como meta validar una propuesta para la identificación y evaluación de competencias de los docentes.

La investigación se planteó abordar un tema de singular importancia, referido a los enfoques de la educación basados en competencias, los cuales ofrecen la oportunidad de replantear las funciones delegadas al profesor y, por lo tanto, dan cabida a nuevos desafíos para su formación permanente y desarrollo profesional que, sin duda, impactarán la manera de hacer la futura evaluación de su desempeño (Roegiers, 2008; Denyer et al., 2007; Cano, 2005; Zabalza, 2003).

Esto implicó, de inicio, una revisión del estado del arte sobre competencias, su definición y evaluación. También condujo al diseño y evaluación de perfiles docentes por competencias que consideraron las culturas académicas de cada institución participante.

Por lo anterior, planteamos la necesidad de un proceso de investigación de las competencias de los docentes de los posgrados de las ifd que permitiera aportar elementos para su identificación y  evaluación, en los cuales se consideraran dos aspectos: 1) que dichos posgrados estén orientados principalmente hacia la profesionalización de docentes de educación básica, y 2) que en México todos los niveles, desde preescolar hasta la universidad, presentan currículos bajo el enfoque de competencias.

Consideramos que los actuales currículos basados en competencias, referidos a alumnos, requieren profesores formados bajo este enfoque. Las ifd, si bien han incorporado en sus currículos el modelo basado en competencias, no han definido las competencias docentes y sus formas de evaluación. 

En ese sentido, planteamos analizar y aplicar fundamentos teórico-metodológicos para identificar y evaluar las competencias de los docentes de los posgrados de las ifd; de manera particular construir y validar instrumentos para evaluarlas y construir un modelo para el desarrollo y transformación académica.

1. Método

La investigación se desarrolló desde la perspectiva de complementariedad metodológica, puede citarse como un estudio colectivo de casos (Stake, citado por Luna, 2008), considerando a cada posgrado como un caso que presenta contextos particulares, a la vez ofrece coincidencias en modelos, propósitos institucionales y características de los usuarios de los programas educativos. Los métodos y técnicas empleadas fueron cuestionarios, conversaciones grupales, de desarrollo curricular, documentales y de análisis cualitativo y cuantitativo.

Como características comunes de la mayoría de los profesores de las ifd, es que tienen como antecedente profesional el haber cursado su formación inicial en escuelas normales y que su experiencia docente la obtuvieron en educación básica, estas características definen su desempeño profesional y las características de los posgrados que atienden. De la misma forma su incorporación reciente a la educación superior les ha exigido desempeñarse como académicos, cumpliendo funciones no sólo de docencia sino también de tareas de investigación, difusión y extensión, en asesorías de tesis, gestoría y en algunas otras actividades académicas.

Las tres ifd imparten en total cuatro maestrías con orientaciones hacia práctica docente, investigación, desarrollo educativo  y planeación y administración educativa.

Metodológicamente la investigación se desarrolla en dos grandes etapas:
1) Identificación de las competencias docentes
2) Construcción y validación de un instrumento para la evaluación de competencias docentes

1.1. Identificación de las competencias docentes

El trabajo de esta etapa permitió la delimitación de las competencias docentes de los académicos de los posgrados, para ello desarrolló tres fases:

  • Diagnóstico de la docencia en los posgrados: El diagnóstico buscó caracterizar la docencia en los posgrados de las ifd; tomó como unidades de análisis a los profesores y estudiante. Consideró una muestra de 33 docentes a quienes se les aplicó un cuestionario, construido en torno de tres categorías: el programa educativo, la práctica docente y la evaluación de la docencia. Fue procesado mediante procedimientos cuantitativos y cualitativos. 
  • Acercamiento teórico a la evaluación de competencias: Para la identificación de las competencias docentes se consideraron dos propuestas de la Red de Investigadores sobre Evaluación de la Docencia (ried). La primera, propone la construcción de un modelo de evaluación de la práctica docente (García et al., 2008a), el cual se basa en principios que orientan el diseño y operación del modelo para caracterizar la docencia y su evaluación en donde se identifica el papel central del docente. La propuesta del modelo de evaluación/formación se sustenta en fundamentos filosóficos, epistemológicos, psicológicos, sociales y pedagógicos que comprende las dimensiones de la práctica educativa y docente desarrollada en actividades antes, durante y después del proceso educativo, que se explican a través de tres dimensiones planteadas como teorías de acción: teorías asumidas, teorías en uso y reflexión o revisión de las teorías.

La segunda propuesta ofrece las bases de un modelo para la evaluación de competencias para la educación media y superior (ecd) que aun “se encuentra aún en proceso de construcción y que la proyección futura de este trabajo prevé la validación de expertos y el desglose de descriptores de la actuación docente considerando tres niveles de competencia: novel, intermedio y avanzado” (García et al., 2008b).

Esta segunda propuesta considera los principios del modelo de evaluación de la práctica docente descrito (García et al., 2008a) y las tres dimensiones de la práctica educativa señaladas. “Las actividades previas al desarrollo del proceso de enseñanza-aprendizaje, las que tienen lugar mientras se conduce dicho proceso y aquellas que se llevan a cabo como una valoración del impacto del proceso de enseñanza-aprendizaje” (García et al., 2008b). Con esa base proponen ocho competencias docentes para la función docente, tanto la realizada en el contexto institucional, como aquella desarrollada en el aula, dentro de estas señalan cuatro: planear el curso de la asignatura, gestionar la progresión de los aprendizajes (plan de clase), llevar a cabo la interacción didáctica en el aula y utilizar formas de comunicación adecuadas para apoyar el trabajo académico. 

A partir de estos dos modelos desarrollados por la ried, construimos los fundamentos de nuestra propuesta para las ifd. Consideramos la importancia e influencia del contexto institucional en la práctica docente y niveles de competencia en el desempeño reconociendo que existen diferencias en concepciones, creencias y prácticas de enseñanza, por lo tanto la competencia constituye “no la conducta entrenada, sino las capacidades reflexivas que ocurren a lo largo de un proceso de desarrollo” (García et al., 2008b:230).

  • Propuesta para la identificación de competencias docentes:Esta tercera fase consideró a las dos anteriores (diagnóstico y modelos de la ried) y algunos enfoques teóricos respecto de la identificación o delimitación de competencias. Dentro de la revisión teórica, Perrenoud (2004) reflexiona sobre la necesidad de integrar saberes y contenidos para los maestros desde el nivel inicial en el marco de las reformas educativas. Hace una propuesta de diez competencias académicas que rebasan el ámbito del aula al incluir, además de la organización del proceso educativo, la gestión y autogestión del aprendizaje y prevé la necesidad de otros actores. Marqués (2000), enfatiza el manejo de nuevas tecnologías como insumos para las competencias académicas, propone siete competencias inherentes al proceso educativo intráulico, adicionalmente sugiere la tutoría, la investigación y la colaboración en la gestión escolar. Zabalza (2003) describe las competencias docentes del profesorado universitario, su calidad y desarrollo profesional, en donde trabaja diez competencias académicas que aluden al proceso educativo que va de la planeación a la evaluación, integrando además el manejo de nuevas tecnologías, así como las competencias de comunicación, de tutoría, la identificación con la institución y la investigación como tareas a enfatizar dentro de la academia.

Metodológicamente identificamos las competencias docentes mediante el método dacum (Mertens, 1997), que modificamos considerando la versión desarrollada por la Universidad de Ohio (1997). Para su aplicación se convocó a ocho expertos; académicos con experiencia (directivos y fundadores de los tres posgrados) y conocimientos sobre la docencia y el funcionamiento de instituciones de nivel superior.

Se les expusieron para su análisis y discusión grandes áreas de desempeño docente (desprendidas de las fases de  diagnóstico y modelo ecd) inherentes al proceso educativo.
En un primer momento se buscó describir e identificar sus grandes componentes. Mediante la técnica de grupos nominales, se inició con una pregunta generadora orientada hacia el deber ser de la práctica educativa, se les solicitó a cada uno de los participantes una descripción de cada área de desempeño.

En un segundo momento se socializaron los resultados de cada una de estas áreas. Teniendo el panorama general (consensuado), en un tercer momento se empleó la técnica kj modificada, a través de ella se les solicitó la aportación de cinco dominios o tareas docentes para cada una de estas áreas de desempeño. El cuarto momento permitió contrastar los hallazgos del diagnóstico, el modelo ecd y la aportación de los expertos, para definir las competencias docentes de los profesores de los posgrados de las ifd. Para ello consideró el análisis y discusión e integró en una estructura (formato) las competencias identificadas.

1.2. Construcción y validación de un instrumento para la evaluación de competencias docentes

1.2.1. Construcción del instrumento

A partir de los resultados de la primera etapa se construyó un instrumento que integra tres competencias correspondientes a la dimensión intráulica de la práctica docente, el cual se sometió a un proceso de validación de contenido (mediante juicio de expertos), poder de discriminación y confiabilidad. 

Consideramos que la evaluación de competencias es un proceso de constatación de evidencias de desempeño y del conocimiento y comprensión que una persona demuestra en relación con una función definida, usualmente en un perfil o en una norma de competencia (Vargas et al., 2002).  Ante esto, desde el enfoque de las competencias, la observación del desempeño es relevante para determinar su nivel (Hernández et al., 2005). A partir de estas concepciones para evaluar las competencias se empleó la propuesta de Marín et al., 2008.

De acuerdo con esta propuesta, una persona logra desarrollar una competencia cuando, ante un contexto, “situación” o problema concreto, se “desempeña” de manera adecuada (“nivel de logro”) movilizando de forma integral conocimientos, procedimientos y actitudes (“dominios”) para encontrar nuevas soluciones  (Marín, 2003).  Se coincide con Ibáñez (2007:152) cuando señala que:

Dichas situaciones se distinguen de otras por constituir problemas por resolver.  Una situación o tarea problema se refiere entonces a un determinado arreglo de eventos ambientales que demandan una respuesta del individuo que lo modifique hacia una dirección convencionalmente determinada y que normalmente constituye la solución del problema. La respuesta del individuo ante la situación problema –es decir, su desempeño– puede ser exitoso o no serlo; pero sólo cuando su desempeño es exitoso en forma consistente puede hablarse de competencia. Por ello veremos más adelante que evaluar una competencia implica determinar el grado en que el desempeño que exhibe un estudiante ante una clase o tipo de situación problema se ajusta o no a los criterios convencionales de la disciplina.

Con base en lo anterior se elaboró el instrumento para evaluar las tres competencias docentes y emitir los juicios de valor respecto del logro de las mismas, que se emite al comparar la expresión real de la competencia frente a un grupo de criterios de desempeño o parámetros establecidos idealmente en el perfil de desempeño.  De acuerdo con Ibáñez (2007: 145), en el proceso de evaluación de competencias pueden identificarse los siguientes elementos, los cuales:
[…] incluso podrían corresponder a determinados momentos o etapas de la evaluación:

  • La definición modelada de las cualidades deseables de algo, para constituir el conjunto de criterios o valores.
  • La cualificaciónde los aspectos de la naturaleza bajo observación, eso es, la determinación de sus propiedades tal cual ocurren en realidad.
  • La calificación,entendida como el juicio valorativo de las propiedades del objeto bajo observación respecto a las cualidades criterio en términos de sus diferencias.

De conformidad con lo expresado antes, el instrumento para la evaluación de competencias docentes metodológicamente consideró: plantear situaciones de docencia que los estudiantes pudieran identificar para valorar, a partir de tres desempeños docentes (rúbrica), los comportamientos de los profesores ante una situación determinada, con cierta capacidad (nivel de logro) en la aplicación de sus conocimientos y habilidades (dominios) para responder o solucionar un problema  (Marín, 2008).

A partir de lo anterior, el diseño del instrumento considera estos elementos en la estructura de los ítems (anexo 1).

Con esto se logró construir un instrumento que atendiera la necesidad de contar con una herramienta relativamente sencilla que evaluara, de manera integral, el nivel de desempeño de las tres competencias. La construcción se llevó a cabo de la siguiente forma:

  • se realizó un mapeo para relacionar los dominios y evidencias de cada competencia;
  • se seleccionaron y redactaron 28 situaciones de docencia en total para las tres competencias docentes;
  • con esa base se diseñaron los desempeños docentes que permitieron la evaluación;  
  • se fijaron los criterios para evaluar el nivel de competencia; y 
  • se construyó la matriz de valoración o rúbrica para evaluar cada competencia. 

1.2.2. Matriz de valoración o rúbricas para la evaluación

El instrumento valora los desempeños docentes de cada competencia en tres categorías relacionadas con principios pedagógicos de práctica docente en el posgrado en educación.  Cada desempeño es un “indicador […] comportamiento manifiesto de una competencia, que se observa directamente, se mide sistemáticamente y se evalúa cuantitativamente” (Juárez, 2007:5).

La matriz de valoración para evaluar cada situación de docencia es una rúbrica que emplea una escala de medición de tres categorías de valoración del nivel de desempeño competencial de los profesores.  Se buscó que las tres categorías de respuesta posibles fueran mutuamente excluyentes dentro de la escala.  Asimismo, se consideró que las categorías combinaran “dos criterios: uno cualitativo relacionado con el contenidode cada respuesta y uno cuantitativo referido a la calificación numéricaque se le asigna según su nivel de dominio” (Juárez, 2007:6). 

En su construcción se ubicó una escala para calificar los criterios, se definieron los aspectos a evaluar y se describieron, con la mayor precisión posible, los criterios para evaluarlos. El instrumento (anexo 1) está dirigido a alumnos y considera en su estructura el empleo de rúbricas para la valoración de los niveles de desempeño docente que evalúe tres niveles de logro o de competencia: experto, con cierta experiencia y novato.

1.2.3. Procedimientos de validación

Validez conceptual y de contenido. Se realizó mediante la consulta con investigadores y personas familiarizados con el nivel de maestría en educación.  Se estimó conveniente trabajar mediante la validación por expertos, empleando la técnica Delfos.

Para ello se construyó el “cuestionario Delphi”, con consultas sobre el contenido de las situaciones de docencia y los desempeños docentes.  Las categorías de valoración en este cuestionario fueron: 1.Total desacuerdo, 2.  Desacuerdo, 3.  Indiferente, 4.  Acuerdo, 5 Totalmente de acuerdo. Se envió el cuestionario a ocho expertos en el área para que lo valoraran en cuanto a las competencias, sus situaciones de docencia y los desempeños docentes.  El cuestionario Delphi fue respondido en su aplicación en papel y lápiz.  El procedimiento para la validación por jueces se realizó en una tanda general y otra particular. 

Pilotaje del instrumento. Una vez diseñado el instrumento y sometido a las pruebas de validez de contenido fue piloteado, aplicándose a 447 estudiantes (cada alumno evaluó a tres o cuatro profesores simultáneamente), quienes valoraron las competencias de 37 docentes de los tres posgrados. Estos, representan 60% de la planta adscrita a los tres posgrados.  El piloteo buscó obtener la confiabilidad y poder de discriminación del instrumento.  El marco y los criterios muestrales para la población sujeta a muestra, en cuanto a edad, consideró a estudiantes de los tres posgrados estudiados, que se encontraran cursando estas maestrías en alguna de las tres instituciones, sin distinción de género o edad.  El tipo de muestreo fue no probabilístico, por cuota, respetando los estratos y tamaño de la población docente y estudiantil.    

Consistencia y confiabilidad. El análisis de fiabilidad permitió estudiar las propiedades del instrumento y sus escalas de medición.  El procedimiento de análisis calculó medidas de fiabilidad de las escalas empleados, asimismo, proporcionó información sobre las relaciones entre las situaciones de docencia en cada situación de docencia. El modelo de fiabilidad empleado fue el de Alfa de Cronbach.

Poder de discriminación. El instrumento se calificó dando una puntuación global a cada situación de docencia (de acuerdo con las categorías de valoración).  La calificación de cada una de las 28 situaciones de docencia se obtuvo promediando las respuestas dadas a los desempeños docentes.  El valor de cada una de las tres competencias fue el resultado de promediar las situaciones de docencia que las conforman y promediando éstas, se obtuvo el valor del instrumento (inventario de competencias docentes). 

Para evaluar la capacidad de discriminación del instrumento entre subgrupos (género, edades, instituciones, maestrías, formación, entre otras), se emplearon anovas y pruebas T de Student, a fin de establecer diferencias estadísticas entre subgrupos con nivel de significancia adecuados. 

2. Resultados y discusión

Los avances sobre los hallazgos más importantes de esta investigación se describen considerando las etapas y fases que la conforman.

2.1. Identificación de las competencias docentes

Los resultados de esta etapa se agrupan en dos partes; la primera corresponde a los resultados del diagnóstico y su discusión con los fundamentos teóricos de los dos modelos propuestos por la ried. La segunda presenta de manera específica la estructura de tres de las competencias docentes identificadas.

2.1.1. Caracterización de la docencia en las IFD

Los modelos educativos de las tres ifd buscan implantar prácticas educativas sustentadas en el trabajo grupal, con un docente como facilitador del aprendizaje y la participación activa del estudiante en su proceso de formación. El personal docente presenta características de identidad personal y profesional que permean su práctica; en general, provienen del nivel de educación básica, tienen en promedio 22 años de servicio, su antigüedad en el nivel superior es de 10 años y los estudios de posgrado los realizaron en las mismas ifd.

El diagnóstico evidencia que los programas educativos de las ifd tienen como propósito la transformación de la práctica educativa de los profesores-alumnos; para ello consideran el análisis y reflexión crítica sobre la realidad educativa, a partir de los conocimientos previos y las experiencias del alumnado. Las estrategias de enseñanza comúnmente utilizadas por los docentes son la discusión grupal y el trabajo colaborativo.

Se planean los cursos en academias de docentes, en ellas se revisan los contenidos y actividades de aprendizaje y se incorporan los resultados de evaluación de la docencia. Dentro de ese proceso, el diagnóstico identificó conocimientos y creencias de los profesores respecto de la enseñanza; permitió reconocer las concepciones sobre el proceso de aprendizaje, la experiencia en la enseñanza; la planeación y las expectativas sobre el grupo esto es, las teorías asumidas, las cuales “…corresponden a la plataforma básica con la que el profesor parte hacia su práctica docente” (García et al., 2008a:204).

Asimismo condujo a la caracterización de la práctica docente a través de las estrategias de enseñanza, el uso de apoyos y recursos así como los criterios y formas de evaluación de los aprendizajes, lo que en el modelo de evaluación/formación se define como las teorías en uso, dado que configuran lo que el docente hace en el aula, comprenden la interacción, las etapas, momentos y tiempos en el desarrollo de actividades (García et al., 2008a:207).

La tercera dimensión que alude a la reflexión o revisión de las teorías, corresponde al reconocimiento de los logros de aprendizaje referidos a diversas fuentes para evaluar el desempeño docente. En nuestro diagnóstico, la evaluación de los aprendizajes es considerada como parte del proceso de aprendizaje, permite asignar calificaciones y dar cuenta del desempeño de los estudiantes. Los instrumentos más utilizados para evaluar son los ensayos, reportes y resúmenes, así como exposiciones tanto en lo individual como en pequeños grupos y, en menor medida, los exámenes, también se pondera la participación en clase. Uno de los problemas a los cuales se enfrentan es el hecho de leer/analizar muchos trabajos o ensayos y no poder evaluar el desarrollo de competencias estudiantiles. La evaluación de la docencia generalmente recurre al cuestionario de opinión dirigido a alumnos. Este aspecto constituyó una parte fundamental para conocer las prácticas realizadas en las ifd, así como los problemas que enfrentan.

El diagnóstico y el modelo ecd permitieron definir un perfil docente con rasgos característicos de las áreas de desempeño que identificamos: diseño de la docencia, gestión de los aprendizajes, interacción pedagógica, comunicación educativa, evaluación de los aprendizajes, cultura organizacional de gestión y evaluación, formación continua y condiciones contextuales. Estos ámbitos se definen como el “conjunto de situaciones que enmarcan el contexto institucional y que influyen en los procesos de enseñanza y aprendizaje propiamente dichos” (García et al., 2008a:168).

2.1.2. Identificación de competencias genéricas

Los resultados de esta fase permitieron identificar ocho competencias genéricas. Estas consideran un deber ser que incorpora factores políticos, sociales, económicos y pedagógicos de las ies, así como los tres momentos de la práctica docente: lo previo, el trabajo docente en el aula y lo posterior a este proceso.

Sin embargo, en esta investigación, para la construcción del instrumento, se consideraron sólo tres de las cinco competencias relacionadas con la docencia en el aula, estas son: interacción pedagógica, comunicación educativa y evaluación de los aprendizajes. Respecto de las otras cinco se consideró que, de acuerdo con las evidencias de desempeño propias de estas competencias, su evaluación tendría que ser planteada por otros medios, como valoración de pares, de directivos o ser autoevaluadas. Las competencias consideran en su estructura: nombre, componentes, descripción, dominios (conceptuales, procedimentales y actitudinales) y evidencias de desempeño (Marín, 2003).

2.2. Instrumento para la evaluación de competencias docentes

Validez de contenido y conceptual. La validación por referato empleó dos rondas, una general y otra específica.  En la primera revisión se aprobaron por acuerdo, casi general, la mayoría de las situaciones de docencia de las tres competencias; los desempeños tuvieron menos acuerdo general, por lo cual se buscó el consenso absoluto mediante la consulta personal a los expertos en los desempeños que presentaban mayores diferencias en su valoración.  En la última vuelta se efectuaron las modificaciones propuestas por los jueces tanto de redacción como de modificación de los niveles que reflejaban las rúbricas, las cuales fueron mínimas.

Con las medias y desviaciones estándar obtenidas en la primera ronda, se siguió el criterio de considerar disenso aquellas preguntas con medias menores de 4 (acuerdo) o desviaciones estándar mayores de 1.  Las medias con valores de 3 (indiferente) y de 2 (desacuerdo), fueron revisadas y adecuadas o modificadas de acuerdo con la opinión recogida en la segunda ronda. 

Pilotaje. El instrumento aplicado a la muestra piloto permitió obtener su confiabilidad y poder de discriminación. 

Consistencia y confiabilidad. En los análisis de fiabilidad del instrumento se observa que todos los valores son superiores a .845 para Alfa de Cronbach y Alfa de Cronbach basada en los elementos tipificados, respectivamente.

Alfa de Cronbach

Alfa de Cronbach basada en los elementos tipificados

N de elementos

.846

.847

28

La confiabilidad del instrumento completo es mejor que la de las escalas breves.

Poder de discriminación. Los resultados encontrados en esta investigación (tabla 2) sugieren que el nivel de desempeño docente evaluado, en lo general, no difiere al compararlas por género, con excepción de las siguientes situaciones de docencia y la competencia “interacción pedagógica” en lo general no presentan diferencias por rangos de “antigüedad docente”, ni por “tipo de nombramiento”. Por “grupos de edad de  los docentes”, la situación de docencia “promueve la participación e integración grupal para el desarrollo de competencias” es la única que presenta una diferencia significativa con p=0.023.

5.

Asesora y retroalimenta a los estudiantes en el proceso de docencia

.026

18

Emplea las tecnologías de la información y comunicación como apoyo al proceso de docencia

.000

c

interacción pedagógica

.050

Se encuentran diferencias significativas en cuanto al nivel de escolaridad de los docentes evaluados en 8 de las 28 situaciones de docencia, lo que impacta en dos de los componentes de la competencia “interacción pedagógica” y en las competencias “comunicación educativa” y evaluación de los aprendizajes, así como en el “inventario de competencias docentes” que también muestra diferencias por nivel de estudio de los docentes.

4.

Promueve el análisis y discusión de los objetos de conocimiento

.031

9

Reconoce que las expectativas de los estudiantes influyen en sus logros

.010

10

Genera ambientes de aprendizaje de cordialidad, respeto y empatía

.163

11

Favorece la discusión de las ideas tomando en cuenta la pluralidad y diversidad

.048

12

Desarrolla estrategias didácticas integradoras

.001

13

En la relación educativa acepta críticas y sugerencias de los estudiantes

.019

15

Desarrolla la comunicación educativa horizontal

.026

22

Emplea a la evaluación como un proceso permanente para reorientar su docencia

.024

 

interaccion pedagogica. ambientes de aprendizaje

.015

 

interaccion pedagogica. relacion educativa

.000

c

comunicación educativa

.035

c

evaluación de los aprendizajes

.004

icd

inventario de competencias docentes

.008

Finalmente, el análisis comparativo por “institución” arrojó diferencias en casi todas las situaciones de docencia, competencias e inventario de competencias docentes, con excepción de las siguientes:

4.

Promueve el análisis y discusión de los objetos de conocimiento

.319

6.

Reconoce que los estudiantes aprenden a diferentes ritmos

.764

7

Considera como punto de partida los conocimientos previos y las competencias de los alumnos

.630

12

Desarrolla estrategias didácticas integradoras

.145

23

Da seguimiento sistemático al desarrollo de competencias del  grupo para ajustar su práctica docente cotidiana

.076

25

Socializa con los estudiantes los resultados de los procesos de evaluación

.215

26

Utiliza la evaluación en sus diferentes momentos (diagnóstica, continua, sumativa y formativa) para reorientar sus prácticas

.295

Estas diferencias se aprecian de manera más objetiva en el siguiente análisis de correspondencia múltiple, que relaciona el inventario de competencias docentes con tres variables: sexo, nivel de estudio de los docentes evaluados y las instituciones a las que pertenecen. En este análisis, basado en las proximidades de las variables en un espacio bidimensional, se aprecia de forma clara la ubicación de las instituciones en tres cuadrantes diferentes, cercanos a valoraciones del “inventario” (discretizadas por defecto del 1 a 7, y con una distribución normal) y a los niveles de escolaridad de los docentes, que las diferencian y aportan elementos importantes para el análisis.  
1

 3. Conclusiones

Los contextos institucionales y sus modelos educativos son coincidentes, así como las características de los docentes y de la docencia en los posgrados de las tres ifd. Las formaciones y experiencias profesionales analizados son determinantes de sus prácticas educativas dentro y fuera del aula. Las funciones docentes tienen predominancia sobre las de investigación, esto determina en cierta medida las competencias académicas de los docentes de los tres posgrados. No existen evidencias que indiquen acciones tendientes a situarse dentro de los indicadores  o estándares que privilegian los productos de investigación sobre los de docencia (Luna, 2008), marcando más sus preocupaciones en la profesionalización de los profesores-alumnos de las maestrías y la transformación de sus prácticas educativas.

En esta investigación fue importante la incorporación de la perspectiva teórica de los modelos de la ried, los cuales en lo general constituyeron una gran aportación para el logro de nuestros objetivos, estos referentes permitieron articular los elementos de diagnóstico del quehacer desempeñado en las ifd y de aplicación de la propuesta de identificación de competencias.

Los métodos de identificación de las competencias, permitieron, no sólo conformar una propuesta de trabajo académico sino, además, definir y estructurar competencias docentes en este nivel educativo, bajo un modelo que incorporó elementos necesarios para definir la propuesta teórico-metodológica para evaluar las competencias y facilitar procesos de acompañamiento para la mejora de la práctica educativa.

La elaboración y validación del instrumento, dirigido a estudiantes, para evaluar dos competencias en posgrado es otro de los aportes significativos de esta investigación, pues en su estructura parte de evidencias de desempeño para ser evaluadas a través de rúbricas que establecen los niveles de competencia. Su proceso de validación y confiabilidad, mediante el piloteo en las tres ifd, aporta elementos para la discusión sobre la evaluación de competencias docentes.

Siendo ésta una primera etapa de validación, las conclusiones pueden considerarse preliminares, en ese sentido, las posibilidades reales del instrumento responden inicialmente a la descripción integral de los aspectos generales evaluados y de las comparaciones establecidas.  Por ello:

  • El instrumento tiene validez desde el punto de vista conceptual y de contenido, porque las situaciones de docencia planteadas, evalúan eventos significativos en la práctica docente de los profesores de posgrado que son externados mediante desempeños docentes. 
  • El instrumento puede ser utilizado para los fines de evaluación de estas tres competencias docentes.
  • La opciones de aplicación y los criterios para su operación son sencillos y de fácil comprensión, siendo un instrumento autoadministrable.
  • El instrumento puede emplearse en investigaciones posteriores, con el propósito de afinarlo y adecuarlo a necesidades de otros contextos de este nivel educativo.  Conforme se avance en su aplicación, relacionando este primer acercamiento con otros contextos educativos, podrán adecuarse las características de su aplicación y las escalas de medición que permitan realizar juicios valorativos desde otras perspectivas.

 

Referencias Bibliográficas

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{1} Continúa la preocupación por los factores que pueden influir en las evaluaciones basadas en opiniones de estudiantes (Youmons y Lee, 2007).

{2} Cisneros-Cohernour, E.J. (1997).

{3} Cisneros-Cohernour, E. J. (2004).

{4} Alexander les dio la oportunidad de recuperar puntos perdidos en la evaluación de la tarea si se reunían con los asistentes de enseñanza para revisar la tarea y corregían los errores previos.

{5} Cisneros-Cohernour, E. J., Pech, S. J. y Barrera, M. E. (2005).

{6} Es importante recalcar que todos los nombres de los participantes en el estudio de caso, así como de las instituciones fueron cambiados. Algunas características del contexto son omitidas para poder proteger la confidencialidad de los datos.

 
       

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