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.2012 - Volumen 5, Número 1 (e)
 
     
Transición Metodológica del Proceso de Evaluación Docente: Caso UAEH
 

Patricia Bezies y Leticia Elizalde

 

1. INTRODUCCION

1.1. La evaluación de la función docente en la universidad

El compromiso de las Instituciones de Educación Superior consiste en cumplir con calidad las funciones que la sociedad les ha encomendado. Si bien, el impulso de la evaluación en México a finales de la década de los ochenta y principios de los noventa se asoció al otorgamiento diferenciado de estímulos económicos promovidos mediante programas gubernamentales (Rueda y Elizalde, 2008), las universidades públicas han tenido el reto de lograr la pertinencia, el rigor científico y la equidad a través del  análisis y evaluación de sus dependencias y sus integrantes.

Así, la importancia de la docencia en la universidad es reconocida por todos los actores o agentes involucrados en la educación formal, es además, una de las principales funciones de las Instituciones de Educación Superior, ya que mediante ella se pretende cumplir con los propósitos formativos que habiliten a los estudiantes para el campo profesional. Por tal motivo, la calidad de una institución se sustenta fundamentalmente en el grado de consolidación y preparación de su planta académica (ANUIES, 2004).

De acuerdo con Rueda (2006), es difícil caracterizar la actividad docente, ya que las funciones asignadas a la docencia son múltiples. Aunado a lo anterior,  la coexistencia de una gran variedad de situaciones de enseñanza como conferencias, seminarios, las prácticas de laboratorio o el trabajo de campo contribuyen a la polémica sobre cuáles son las características de un “buen profesor” o qué es lo que se espera que el profesor haga para que sus estudiantes aprendan en las situaciones de enseñanza.

La caracterización de la docencia también se dificulta por la especialización de la enseñanza en cada una de las disciplinas. Hasta el momento, no se ha desarrollado exhaustivamente el debate sobre la pertinencia de una didáctica general o sobre la necesidad de contribuir al conocimiento de las habilidades que deben desarrollar los profesores para enseñar cada disciplina en particular.

El reconocimiento de la complejidad de la docencia resulta fundamental cuando se pretende incursionar en su evaluación, ya que la valoración implica una idea precisa de qué es enseñar y aprender en un contexto determinado. Si se consideran las diversas situaciones en las que se enseña y aprende (clase, seminario, laboratorio, prácticas de campo o clínicas) difícilmente se puede pensar en aceptar una misma forma de evaluar lo que sucede en cada una de ellas. Situación similar se aprecia en la práctica docente al llevar a cabo la enseñanza en las distintas áreas de conocimiento: física, matemáticas, ingenierías, biológicas y de la salud, sociales, humanidades y artes. Al respecto, es fundamental el trabajo colegiado en las instituciones y determinar así los indicadores más adecuados para evaluar la actividad docente de acuerdo a las áreas de conocimiento.

Respecto a los instrumentos, el uso de cuestionarios de opinión para que los estudiantes evalúen la actividad de los docentes en las universidades es innegable (Arbesú, Díaz-Barriga, Elizalde, Luna Rigo, Rueda y Torquemada, 2007), por lo que los directivos e incluso los propios profesores continúan prefiriéndolos con base en la tradición acumulada a lo largo de más de tres décadas y del estudio de aspectos de confiabilidad y validez. Aunque los cuestionarios de opinión para evaluar la actividad del profesor poseen límites, se considera que aun éstos pueden perfeccionarse y por lo tanto continuar con su empleo.

1.2. Antecedentes institucionales

En la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo se evalúa a los profesores desde los ochenta y a partir de 1989 se sistematiza paralelamente al programa de estímulos a la carrera docente. Desde 2003, la evaluación docente en la UAEH es considerada como parte de un Sistema Institucional de Evaluación que reconoce la importancia del contexto para realizar la evaluación.

La evaluación en la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo se realiza con la coparticipación de un Comité Institucional de Evaluación Docente y al considerar que la función docente está caracterizada por una multiplicidad de actividades. Hasta el semestre enero-junio 2010 se evaluaban las siguientes dimensiones: planeación de actividades, implementación del curso, evaluación de aprendizajes, utilización de materiales y técnicas de apoyo didácticos, innovación y uso de nuevas tecnologías, formación de valores en alumnos, cumplimiento de la normatividad institucional, impartición de asesorías, comunicación y relación con los alumnos, calidad de la producción académica, grado de satisfacción y clima escolar.

La evaluación docente se realiza a través de instrumentos de creación institucional para dar respuesta a hechos del quehacer docente en la UAEH y se responden de manera electrónica en la página Web de la Universidad. El total de cuestionarios aplicados desde 2003 hasta el semestre enero-junio 2010 fueron 1.562.979.

Una vez concluido el período de aplicación se obtienen los resultados semestrales por dimensión. Asimismo, se calculan las medias por audiencia, por Programa Educativo y del total de cada Dependencias de Educación Superior. Los resultados se entregan por escrito y en sobre cerrado a cada profesor; de igual forma, se dan a conocer a los coordinadores de los programas educativos, secretarios académicos, directores y coordinadores de las Dependencias de Educación Superior, así como a las autoridades de la UAEH que lo soliciten.

En el proceso de evaluación docente de la UAEH se ha considerado la realización de evaluaciones de tipo multirreferencial o integrales en donde la valoración del alumno no es la única fuente de información para valorar la práctica de un profesor. Por tal motivo, las audiencias que han respondido los instrumentos de evaluación son alumnos, pares académicos, directivos y el propio profesor  a través de la autoevaluación.

1.3. Metaevaluación del proceso de evaluación docente en la UAEH

La búsqueda de la mejora y la calidad en las organizaciones es una actividad constante que en las últimas décadas ha envuelto a las instituciones educativas, especialmente a las del nivel correspondiente a la educación superior.

La metaevaluación ha sido y es comúnmente conceptualizada como aquella investigación sistemática cuyo objetivo es emitir un juicio acerca de la calidad, la relevancia, la pertinencia o los méritos de una evaluación. En este sentido, la evaluación se convierte en el objeto de estudio del metaevaluador (Stufflebeam, 1981; Scriven, 1967, 1991 citados en García, 2000). Por su parte, Santos (1998)  plantea que la metaevaluación consiste en analizar el proceso de evaluación, es decir, es la evaluación de la evaluación. Rosales (1990) y Stufflebean y Shinkfield (1987) coinciden al plantear que es necesaria  una metaevaluación para poder atribuirle un valor a cualquier proceso de evaluación.

Particularmente, para valorar y mejorar el proceso de evaluación docente en la UAEH, se ha llevado a cabo en diversos momentos la metaevaluación del mismo (Bezies, Elizalde y Olvera, 2005; Elizalde, Pérez y Olvera, 2008; Elizalde, Torquemada y Olvera, 2010). En diciembre de 2005 y enero de 2006, se realizó la metaevaluación del instrumento de alumnos para nivel presencial (licenciatura y bachillerato) a partir de las propuestas de algunos integrantes del Comité Institucional de Evaluación Docente y del trabajo conjunto del responsable del subcomité de alumnos y personal de la Dirección General de Evaluación.

Posteriormente en mayo de 2007, se valoró de forma integral la calidad de la evaluación de la práctica docente a partir de la opinión de la comunidad universitaria. En este estudio se seleccionó de manera aleatoria una muestra de alumnos y profesores de cuatro campus (hoy Escuelas Superiores). Los participantes jerarquizaron en orden de importancia las dimensiones que valoran la práctica del profesor y expresaron su opinión con respecto a diversos aspectos como: los instrumentos de evaluación, período de aplicación, dimensiones que se evalúan en los cuestionarios, obtención de la calificación para cada profesor y uso de los resultados.

Se determinó que el proceso de evaluación docente posee características positivas, sin embargo se identificó la importancia de emprender algunas acciones para mejorarlo, por ejemplo, ampliar la difusión diversificando los medios mediante trípticos y pósters, así como atender a las necesidades específicas de las distintas áreas de conocimiento.

De esta forma, en  el semestre julio-diciembre 2009, con el propósito de lograr que la evaluación sea más específica, se asume el reto de rediseñar los instrumentos de alumnos de licenciatura en la modalidad presencial atendiendo a las características específicas por área de conocimiento de los Institutos de Artes, Ciencias Agropecuarias, Ciencias Básicas e Ingeniería, Ciencias Económico Administrativas, Ciencias de la Salud y Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad. Lo anterior, con base en el trabajo colegiado entre el personal de la Dirección General de Evaluación y el Comité Institucional de Evaluación docente.

Así, con base en las experiencias de metaevaluación, se puede evidenciar que involucrar a profesores, alumnos y directivos permite a los evaluadores detectar las experiencias favorables y desfavorables durante la evaluación de la práctica docente de los profesores.

1.4. Transición Metodológica: Sistema Institucional de Indicadores

De acuerdo con Marcelo y Vaillant (2009) en las últimas décadas, los sistemas educativos de la OCDE y algunos países de América Latina han dado un fuerte impulso a la evaluación con la instrumentación de nuevos mecanismos institucionales, el desarrollo de planes sistemáticos y la elaboración de indicadores; por lo que los avances en materia de evaluación coinciden en el desarrollo de nuevos modelos de gestión.

El enfoque desde el cual se evalúa la actividad docente depende de la concepción teórica de partida, y del propósito que se persiga para la evaluación. Al respecto, Rueda (2008) plantea que la evaluación de la docencia debe ser coherente con la filosofía institucional y con los procesos de evaluación de otras áreas de la institución. De esta manera, se reconoce que cualquier programa de esta naturaleza debe dirigirse de manera explícita a apoyar el logro de la misión de la institución. De igual forma, el diseño de políticas de evaluación de la docencia debe tomar en cuenta las particularidades del contexto institucional, con el fin de delinear acciones de evaluación, acordes con las necesidades y características de cada institución.

En este sentido, teniendo como marco de referencia su modelo educativo, en la UAEH la educación está centrada en los alumnos y se adopta al constructivismo para conformar la metodología de la enseñanza. El profesor, es guía del saber y debe ser competente en materias como didáctica, heurística, manejo de instrumentos generales y específicos, tales como el dominio de los métodos, técnicas y procedimientos propios de cada nivel educativo, programa académico, disciplina y tipología del grupo de educandos.

A partir del semestre julio-diciembre 2010 con la transición metodológica del proceso, la evaluación docente en la UAEH estará orientada al perfeccionamiento, siendo un elemento de cambio, de tal forma que sirva para informar a los profesores sobre las características de su desempeño, ofreciéndoles las opciones de superación que se requieren para mejorar su actuación como docente. Resulta prioritario obtener información que permita la toma de decisiones institucionales para lograr una mejor calidad de la enseñanza.

En la literatura se identifican diversos modelos de evaluación basados en el perfil del docente, en los resultados obtenidos por los estudiantes, en los comportamientos del aula y en las prácticas reflexivas (Marcelo y  Vaillant, 2009).  En este sentido, en la transición metodológica se da prioridad al perfil docente de la UAEH, el cual se conceptualiza como el conjunto de características que debe poseer el profesor para el desempeño óptimo de sus tareas, está determinado por las funciones y roles que debe desempeñar desde el punto de vista social, político y pedagógico. La finalidad del perfil es garantizar a los alumnos una educación de calidad, que les brinde los conocimientos, habilidades y valores que les permitan insertarse con éxito en el mercado laboral y promuevan la solución de problemas (UAEH, 2005).

A partir de los planteamientos anteriores, desde el semestre julio-diciembre 2010 se evaluará a los profesores a través de las dimensiones establecidas en el perfil docente de la UAEH:

  • Ámbito de la formación.  Comprende la educación formal, capacitación y el bagaje de conocimientos en un campo determinado, de ciertas herramientas del lenguaje que, junto con las características personales, le permiten desarrollarse como docente.
  • Características personales para la docencia.  Integra las habilidades, valores, aptitudes y actitudes  tales como identificación institucional, liderazgo, trabajo en equipo, habilidad para motivar  y actitud crítica, innovadora y propositiva, las cuales promueven el cumplimiento eficaz de la labor docente.
  • Competencias docentes. Conjunto identificable y evaluable de capacidades (conocimientos habilidades y actitudes) que permiten el desempeño satisfactorio en situaciones reales de la práctica profesional de acuerdo a los estándares vigentes. Así, las competencias docentes permiten al profesor desempeñar la docencia con calidad, impulsando en el alumno aprendizajes significativos que le generen una cosmovisión para enfrentarse con mayor probabilidad de éxito a la vida, al campo profesional, a estudios posteriores o a las actividades que pretenda realizar.
  • Ámbito de la investigación.  Hace referencia al manejo de metodologías y técnicas propias del área disciplinar y del campo educativo, de tal forma que se promueva en el estudianteel interés por la generación y aplicación del conocimiento. La inclusión de los alumnos en los proyectos de investigación de los profesores y su propia experiencia en este ámbito son altamente necesarias para formar integralmente a los estudiantes.
  • Desempeño institucional. Es el conjunto de elementos que permiten conocer el grado de contribución que el profesor tiene, respecto a la visión de la Universidad en materia de docencia.

Cabe señalar, que en el marco de tales dimensiones y de los atributos incluidos en éstas, se diseñaron los cuestionarios dirigidos a alumnos y directivos para el semestre julio-diciembre 2010, de tal forma que se valorará la práctica docente en los niveles y modalidades en los que se imparten clases en la universidad: bachillerato, actividades artísticas y deportivas del bachillerato, licenciatura, posgrado y sistema no presencial.

Así, la transición metodológica constituye un esfuerzo por valorar oportunamente lo que los docentes deben saber y ser capaces de hacer en el ejercicio de su profesión. Por ello, se mantiene la evaluación de forma electrónica y se promueve la evaluación a través de un proceso transparente que permite la rendición de cuentas y la toma de decisiones de forma racional y objetiva.

Finalmente, es importante mencionar que se han realizado acciones para que la evaluación forme parte de la vida cotidiana de la institución, y al mismo tiempo la universidad se ha asumido como promotora activa de los ejercicios de evaluación interna y externa. Bajo esta perspectiva, el uso de los resultados de la evaluación docente supone una sistematización y difusión de información a grupos de distinto interés.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

ANUIES (2004). Evaluación del desempeño del personal académico. Análisis y propuesta de metodología básica. México: Biblioteca de la Educación Superior ANUIES.

Arbesú, G. I., Díaz-Barriga A.F., Elizalde L.L., Luna, E., Rigo, L.M., Rueda, B. M. y Torquemada, G. A. (2007). "La evaluación de la docencia universitaria en México: un estado de conocimiento del período 1990-2004”, Perspectiva Educacional, Docencia Universitaria, No. 48, Ediciones Universitarias de Valparaíso, Chile pp. 27-58.
Bezies, C. P., Elizalde, L. L. y Olvera L. B. I. (2005).  “Evaluación de profesores por alumnos, estudio expost facto para conocer si la época de aplicación de encuestas impacta en las valoraciones otorgadas: caso UAEH”. VII Congreso Nacional de Investigación Educativa. México: Consejo Mexicano de Investigación Educativa y Universidad de Sonora.

Elizalde, L. L., Pérez, L. C. G. y Olvera L. B. I. (2008).  “Metaevaluación del proceso de evaluación docente: UAEH”. V Congreso Iberoamericano de Docencia Universitaria. Universidad Politécnica de Valencia, España, CD-ROM ISBN 978 84 691 8101 0.

Elizalde, L. L., Torquemada, G. A. D. y Olvera, L. B. I. (2010). “Usos e Impacto de la Evaluación de la Docencia en la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo: Resultados de la Meta-evaluación”, Revista Iberoamericana de de Evaluación educativa, vol (3), Número 1 (e)   93-104 http://www.rinace.net/riee/numeros/vol3-num1_e.html.

García, S. E. (2000). Metaevaluación. Universidad Carlos III de Madrid.

Marcelo, C. y Vallant, D. (2009). Desarrollo profesional docente. ¿Cómo se aprende a enseñar? Madrid: Narcea.

Rueda, B. M. (2006). Evaluación de la labor docente en el aula universitaria. México: CESU-UNAM.

Rueda, B. M. (2008). “Presentación del documento de la Red Iberoaméricana de Investigadores de la Evaluación de la Docencia (RIIED)”. Perfiles educativos, vol. 30 no.122 México.

Rueda, B. M. y Elizalde, L. L. (2008). Evaluación de la docencia y compensación salarial. En Mario Rueda Beltrán (Coord.). La evaluación de los profesores como recurso para mejorar su práctica. México: IISUE.

Rosales, C. (1990). Evaluar es reflexionar sobre la enseñanza. Madrid: Narcea.

Santos, G. M. A. (1998). Evaluar es comprender. Argentina: Magisterio del Río de la Plata.

Stufflebeam, D. L. y Shinkfield, A. J. (1987). Evaluación sistemática. Guía teórica y práctica. España: Paidós.
UAEH (2005). Perfil del docente. México.

 

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