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.2013 - Volumen 6, Número 1
 
     

ESTRATEGIA PARA LA FORMACIÓN DE LA CULTURA TOPONÍMICA LOCAL DESDE EL PROCESO EDUCATIVO ESCOLAR EN SECUNDARIA BÁSICA
 
 

Georgina Villalón

 

INTRODUCCIÓN

La toponimia constituye un elemento básico dentro de los contenidos que se imparten en el sistema nacional de educación en diferentes niveles y tipos de enseñanza, es contenido importante de las disciplinas históricas y la lingüística, por lo que constituye una premisa conocer las potencialidades para su empleo. Si bien no constituye una disciplina escolar, los topónimos son empleados sistemáticamente en el proceso educativo escolar tanto en el desarrollo de habilidades intelectuales como prácticas.

En el modelo de secundaria básica se reconoce como fin la formación básica e integral del adolescente cubano, sobre la base de una cultura general, y la necesidad del tratamiento a la dimensión ambiental en los programas de estudio, los cuales demandan de la propuesta de alternativas en esta dirección desde el ámbito local conducentes a la formación de valores, particularmente la responsabilidad ante la protección del patrimonio toponímico.

Los escolares dan nombres a los accidentes geográficos, los valoran, emplean y cambian, ellos en un futuro serán investigadores, políticos, etc. En el proceso de enseñanza aprendizaje de las diferentes asignaturas se emplean muchos topónimos uniformados, y a pesar de las normativas legales dadas a conocer en boletines especiales editados por la Comisión de Nombres Geográficos y puestos a disposición del Ministerio de Educación como miembro permanente de esta, aún subsisten dificultades que permiten reconocer una deficiente base formativa.

1. EL VALOR FORMATIVO MULTIDISCIPLINAR DEL EMPLEO DE LA TOPONIMIA

Estudios recientes (Labarrere, 1999) señalan que al representar a la escuela como reservorio de cultura para ofrecer o transmitir, conocimientos, algunos incluyen el proceso enseñanza aprendizaje, los programas y contenidos de las asignaturas, aspectos referidos a la educación formal y la formación de valores, otros, limitan su carácter cultural a la posible apreciación de elementos de las artes, por lo que comúnmente estas formas de contemplarla, desembocan en la noción de que el hombre culto es aquel que posee mayores conocimientos. La labor escolar en la actualidad se orienta por un criterio sumativo que de hecho, favorece su apreciación como algo estático y reproduce una visión como ente pasivo respecto a ella.

La responsabilidad ante los problemas del medio ambiente debe estar aparejada con la información y la introducción de nuevos enfoques y conocimientos sobre este en el terreno de las ideas y creencias de la población en su quehacer cotidiano, cuestión que requiere desechar la concepción reduccionista limitado a la naturaleza y asumir la interdependencia entre las acciones humanas y los procesos naturales y sociales que determinan la satisfacción de las necesidades materiales, espirituales y culturales , la toponimia constituye una alternativa para conocerlo y estudiarlo.

Los estudios toponímicos en ocasiones hacen referencia a las materias que tienen una mayor relación con el estudio de los nombres de lugar; y otras veces han puesto el acento en la perspectiva de análisis adoptada. El canadiense (Poirier, 1965), por ejemplo, habla de los tres grandes bloques de “ciencias auxiliares de la toponimia”: la historia, la geografía, y la lingüística (desdoblada en dialectología y fonética). Dauzat (1971:9), incide de un modo particular en las vertientes psicológica y sociológica y afirma que “esta ciencia constituye un capítulo precioso de psicología social que nos enseña cómo se han designado, según las épocas y los medios las villas y los pueblos, las propiedades y los campos, los ríos y las montañas. En suma, nos permite comprender mejor el alma popular, sus tendencias místicas o realistas, sus medios de expresión.

Querol (1995:65), especialista en metodología, con argumentos basados en la propia naturaleza de la disciplina plantea la necesidad actitudes epistemológicas abiertas. Según este autor, “la toponimia estudia un material que contiene una gran pluralidad de informaciones, de tal modo que puede haber innumerables formas de acceder a ellas y ninguna de ellas debe postergar a las otras; sólo así puede quedar la puerta abierta a hipótesis que no se han planteado, pero que pueden tener su razón de ser en el futuro” posiciones compartidas también por el autor (Tort, 2003:13).

En cambio se realiza una afiliación a que el estudio de la toponimia debe reconocer a esta ciencia como resultado de un complejo grupo de factores: geográficos, lingüísticos, idiomáticos, culturales, sociales, económicos y etnográficos, ya que la designación toponímica es un proceso de creación popular, generalmente espontáneo, necesario para distinguir un objeto de otro, en el que se desenvuelven peculiaridades nacionales, históricas e idiomáticas propias, por lo que el conocimiento de su significado local estricto permite comprender mejor el original.

Villalón (2006:54) incorpora en su tesis doctoral la formación de una cultura toponímica en los escolares aportando una definición del concepto, lo cual constituye y aportación importante al considerarla como: Conocimientos acerca del origen, significación, legalidad y afectividad de los nombres propios de lugares que posibilitan, el trabajo con diferentes fuentes, emitir juicios valorativos y multiplicar acciones para su empleo, evidenciando su carácter complejo, al integrar aspectos:

  1. Conceptuales: Conocimientos acerca del concepto de toponimia y de otros empleados por esta ciencia, el origen y significado de los nombres propios de lugares, los procesos vinculados a estos como expresión de su dinámica.
  2. Instrumentales: Habilidades como: localizar, escribir y pronunciar correctamente los topónimos, identificar el lugar en que se vive en relación con otros que tienen igual nombre, emplear la información toponímica presente en diferentes fuentes particularmente las emitidas por la Comisión de Nombres Geográficos, realizar investigaciones toponímicas y multiplicar acciones para su empleo de manera sostenible.
  3. Legales: Conocimientos de las legislaciones relativas a los nombramientos, los que permiten desarrollar competencias para la tramitación y solución a los problemas que se presenten en esta esfera.
  4. Afectivos: Significación afectiva con el topónimo, que permiten asumirlo como parte del patrimonio local entre los que se encuentran la identificación con el topónimo local.
  5. Conductuales: Avalados por el desarrollo de valores particularmente la responsabilidad ante la protección del patrimonio toponímico local, patriotismo y sentido de pertenencia, la toma de decisiones, aplicación de la legalidad, el rechazo a nombramientos vulgares e inadecuados.

Los topónimos constituyen bienes patrimoniales: entre estos los aborígenes constituyen parte del patrimonio intangible que hoy se disfruta, por lo que es incuestionable la necesidad de protección al igual que los surgidos en otras etapas. En un mundo globalizado donde los elementos culturales foráneos se difunden invadiendo a las poblaciones, se hace necesario que cada país luche por lo que es culturalmente suyo, cada elemento que revele su historia, su idiosincrasia y cultura, merece ser preservado y defendido a ultranza; la toponimia local está en ese caso. El proceso para el logro de la cultura toponímica es el resultado de un conjunto de acciones organizadas de manera coherente y sistémica que posibilitan la preparación como sujeto activo para incorporar los contenidos correspondientes y actuar consciente y creadoramente en la solución a problemas en esta esfera, propiciando comportamientos más responsables que logren transformar y trasformarse a sí mismos.

Para lograr que los contenidos toponímicos se conviertan en esenciales, puedan ser significativos y valorados en la enseñanza a través de la educación y emplear todas las posibilidades que ofrecen, no se debe desconocer el potencial educativo del que gozan los topónimos, de ahí la necesidad de orientar los procesos educativos que propician una concepción integral y objetiva, pues cada uno de estos ofrece a las personas el acercamiento a cuestiones de su medio ambiente, los cuales son consecuencia de la forma en que los residentes locales han dado nombre a sus accidentes geográficos.

Los topónimos como importante elemento de la cultura proporcionan una referencia esencial para el desarrollo de diferentes actividades de la población, su empleo y preservación constituyen una necesidad por cuanto a sus diferentes niveles: nacional y local forman parte del acervo cultural y de la historia de la nación, un elemento básico y un medio eficaz para dar a conocer a los estudiantes las costumbres y tradiciones locales de las que se nutren los pueblos para conformar su nacionalidad. Estos nombres constituyen un elemento esencial para el trabajo docente e investigativo y de divulgación (mapas, esquemas y otros.) y son ampliamente utilizados no solo en los mapas generales y temáticos de todas las escalas sino en otros documentos y en la literatura en general, tanto científicos como populares.

La disponibilidad de dirigir y orientar metodológicamente las diferentes tareas encaminadas a la educación de las nuevas generaciones requiere de la elaboración y el perfeccionamiento constante de los planes y programas de estudio así como de una amplia bibliografía de carácter científico, en diferentes disciplinas de estudio están presentes los nombres geográficos, los cuales identifican objetos, físicos, económicos y sociales que son objeto del proceso de enseñanza aprendizaje.

Es importante reconocer el valor de la toponimia para la formación de conceptos, tanto generales como particulares que se trabajan en la escuela, sobre todo los referidos a hechos, fenómenos y procesos geográficos, muchos de los cuales tienen carácter local y se incrementan al estudiar la localidad en que esta se ubica, muchos topónimos además de ser locales, tienen una connotación nacional. Su empleo es válido para el tratamiento a los paisajes geográficos que se estudian en las asignaturas geográficas, así como de las regiones económicas en las que se dividen los territorios de cualquier jerarquía. El desarrollo de diferentes habilidades, tanto intelectuales como prácticas, se parte de nombrar y escribir al objeto.

Al estudiar la significación del nombre entran en juego una serie de factores, entre ellos y de modo principal los lingüísticos, ya que a través de la escritura los nombres del lugar cobran un significado que resume toda la historia de las relaciones económicas, políticas y sociales de los hombres que habitaron o habitan en el lugar denominado, la escritura correcta y la pronunciación deben ser pilares básicos para su tratamiento desde la escuela.

2. HACIA UNA DIDÁCTICA DEL EMPLEO DE LOS TOPÓNIMOS

Según estas apreciaciones deberían ser frecuentes las actividades que se realicen en el aula y en el entorno local para desarrollar en las escolares acciones que permitan trabajar los contenidos toponímicos como alternativa para fortalecer sus sentimientos hacia la localidad en que vive y en que pueden insertarse las diferentes disciplinas. La Geografía podrá incidir en lo espacial a través del desarrollo de habilidades cartográficas como la localización, identificación, lectura de mapas empleando el mapa toponímico, visitas dirigidas a los lugares y lograr establecer mediante la observación relaciones entre la toponimia y el medio ambiente.

Podrán ser empleados para ello la obra de autores, tanto musicales como literarias que reflejen el medio ambiente local a través de los topónimos, para la identificación e interpretación ambiental, desde la asignatura Español Literatura u otras disciplinas como la Historia en la que se estudian hechos y escenarios locales y se trabaja con documentos históricos, diarios de campaña, etc., las que pudieran reforzar el trabajo realizado por la Geografía y contribuir a la sensibilización con estas manifestaciones y a amar un tanto más a este lugar.

El tratamiento a división política administrativa en la asignatura Historia o desde la Geografía escolar, permite conocer la connotación del nombre, partiendo de las diferentes jerarquías que ha tenido el mismo, hacen posible combinar la confección de mapas con la lectura de artículos que contengan información acerca de su origen, escritura, denominados recorridos toponímicos.

El empleo del proceso educativo además de contemplar la información ambiental que de cada topónimo en particular se puede obtener, debe atender al hecho de que algunos responden a hechos que están alejados en el tiempo y en otros el referente que le dio lugar ha desaparecido, por lo que es incuestionable recurrir muchas veces a la memoria histórica. Su estudio permite puede contribuir a formar valores, a descubrir otras aristas reflejadas a través de los topónimos, y requiere prestar atención a la búsqueda de información cultural y para el trabajo con diferentes fuentes.

Lo expuesto avala la necesidad de contextualizar en cada espacio social los aspectos pedagógicos, psicológicos y sociológicos que inciden en este proceso, no debiendo restringirse solo a la clase, sino traspasar los límites del quehacer escolar y fortalecerse en la medida en que refleja la vida social y comprender que todas las actividades que se realicen en el marco de la escuela, sean docentes o extradocentes, con un enfoque que permita contribuir al fin de la educación.

Resulta importante precisar el trabajo con los escolares que viven en el entorno, y todos aquellos residentes y personas que tienen que ver con la proyección de diferentes actividades en estos escenarios, resultando válido el diseño de capacitaciones que tengan que ver más directamente con su esfera de actuación cercana a sus particularidades y diferenciada.

Los procesos educativos (Muñoz, 1997: 13) constituyen el escenario de la formación, el lugar de la acción, los espacios en los que adquieren sentido y la convicción de que la reflexión en torno al modo en que nos educamos y lo que sucede al educarnos no debe estar repleta sola y exclusivamente de estrategias y contenidos en relación a las acciones de formación, sino que, previamente, necesita meditar y dar forma al engranaje territorial que posibilita las formas concretas de educación y sirve de vehículo a las demandas formativas provenientes de la sociedad global, regional y local, es un argumento valioso para este trabajo en el que se prioriza el último nivel .

La formación de la cultura toponímica en los escolares es de extraordinaria importancia, los procesos educativos orientados a lograrla deberá sustentarse sobre la base de los requerimientos siguientes:

Desde la perspectiva del maestro:

  • Garantizar un aprendizaje vivencial y significativo en sus escolares.
  • Utilizar diferentes alternativas y formas de trabajo en la escuela para su introducción garantizando el enfoque interdisciplinario.
  • Asumir la necesidad de una percepción compleja de las razones que dieron lugar a los nombramientos y a su proyección actual, teniendo en cuenta el referente, cuestión vital para tratar contenidos de carácter ambiental y la dinámica de estos como elemento clave para la identificación y la interpretación ambiental.
  • Aprovechar y explotar las fuentes de conocimientos que proporciona la población local, sus vivencias, además de la ofrecida por la institución encargada de los nombres geográficos, preferentemente aquellas que más directamente están relacionadas con la normalización de los topónimos que se utilizan en el Proceso de Enseñanza Aprendizaje y de otras fuentes .
  • Incorporar los conocimientos populares y también las legislativas al proceso de formación de la cultura toponímica.
  • Fortalecer los vínculos entre los escolares, y la comunidad y la familia.
  • Potenciar el tratamiento de valores particularmente la responsabilidad ante la protección del patrimonio toponímico.
  • Emplear las diferentes formas del trabajo en la escuela: Docente y Extradocente.

El maestro puede contribuir al logro de la cultura toponímica al dar cumplimiento al siguiente algoritmo:

  1. Emplear correctamente los topónimos en las diferentes actividades del Proceso de Enseñanza Aprendizaje teniendo en cuenta el vínculo con las demás disciplinas.
  2. Propiciar el tratamiento y la divulgación de toponimia local, no solo en la clase, sino también en el trabajo extradocente y extraescolar e involucrar a diferentes asignaturas.
  3. Emplear diferentes fuentes cartográficas y bibliográficas, particularmente las que pone a disposición la Comisión Nacional de Nombres Geográficos: mapas toponímicos, diccionarios geográficos, folletos, etc.

El proceso formativo de la cultura toponímica local debe potenciar el desarrollo de la personalidad en lo relativo a la formación cognitivo instrumental y afectivo motivacional, ello exige necesariamente por parte de los que la emplean de:

  • Nombrar el objeto, fenómeno o hecho.
  • Escribir correctamente el topónimo de que se trate.
  • Ubicar espacialmente el topónimo que se trate.
  • Entender el significado de lo que se expresa.
  • Desarrollar el sentido de identidad hacia el nombre que designa.
  • Tomar conciencia del significado que entraña el nombre geográfico designado.
  • Asumir una actitud positiva hacia este, de forma tal que promueva la protección de los topónimos como parte del patrimonio cultural.
  • Emplear de manera sostenida el patrimonio toponímico.
  • Evitar los impactos negativos adversos derivados de los nombramientos vulgares e incorporar otros nombres a los accidentes que ya lo tienen.
  • Divulgar la toponimia local (Efecto multiplicador).

3. ESTRATEGIA PARA LA FORMACIÓN DE LA CULTURA TOPONÍMICA LOCAL DESDE LOS PROCESOS EDUCATIVOS ESCOLARES DE SECUNDARIA BÁSICA

Las estrategias constituyen una guía consciente e intencional que proporciona una regulación general de la actividad, y dan sentido y coordinación a todo lo que se hace para llegar a una meta o fin, teniendo en cuenta las características de cada contexto y las circunstancias concretas, su irrepetibilidad y posibilidad de transferencia a otros escenarios, por su operatividad y flexibilidad hacen que esta sea la vía seleccionada.

Las acciones concebidas están dirigidas al proceso educativo escolar, involucran además del proceso de enseñanza aprendizaje, al extradocente y extraescolar , por lo que no solo se restringa a la clase y a los marcos del aula, sino aprovecha otros espacios de aprendizajes que propician una visión más integral del fenómeno de la cultura ayudando a conocerla, comprenderla y transformarla según criterios de Perera (2005:12), articulados a la cultura , cuestiones que permitirán el fortalecimiento en estas direcciones, beneficiando a profesores, escolares y demás agentes socializadores.

Cuadro 1. Estrategia para la Formación de la Cultura Toponímica Local en escolares de Secundaria Básica

Fuente: Elaboración propia.

En la etapa de diagnóstico se consideran como aspectos para realizar un diagnóstico a profundidad con nuevos y más completos elementos, los siguientes:

  1. Selección de la unidad espacial atendiendo a las prioridades establecidas por la Comisión de Nombres Geográficos y susceptibles de ser empleadas atendiendo las reglamentaciones para el trabajo desde la escuela.
  2. Determinación de los elementos a diagnosticar: Conceptual, legal, identificación afectiva, efecto multiplicador.
  3. Elaboración de los instrumentos para el diagnóstico.
  4. Aplicación de los instrumentos, y procesamiento de los datos.

La selección de la unidad de análisis para los estudios se fundamenta en la necesidad de conocer el empleo del término barrio por parte de los profesores y de otros organismos e instituciones. Se requiere la realización de entrevistas a funcionarios.

Los elementos a diagnosticar a profesores y estudiantes se realizan en función de las dimensiones e indicadores seleccionados e incluyen además los documentos normativos para el conocimiento de las potencialidades y carencias que se presentan en el nivel de enseñanza en correspondencia con las aspiraciones de la investigación.

El objetivo central de la estrategia es proponer acciones a corto y mediano plazo para lograr una cultura toponímica local en esclares de secundaria básica, otros propósitos están dirigidos a reforzar los vínculos entre la Comisión de Nombres Geográficos Local y el Ministerio de Educación, incorporar la dimensión toponímica a los procesos educativos ambientales, propiciar conocimientos acerca de la toponimia y desarrollar habilidades cartográficas y para el empleo de las fuentes bibliográficas y los folletos que la Comisión de Nombres Geográficos pone a disposición del Ministerio de Educación.

Especial atención reviste fortalecer el sentido de identidad hacia el nombre del lugar, escribir y pronunciar correctamente los topónimos, desarrollar la responsabilidad ante la preservación del patrimonio toponímico local, multiplicar acciones desde posiciones sostenibles, evitando los impactos negativos derivados de los nombramientos y a propiciar nuevas alternativas para estudiar el medio ambiente local.

Durante la etapa de planeación de la estrategia se presta atención a los aspectos que garantizarán su desarrollo exitoso, para lo cual se proponen las siguientes acciones.

  1. Elaboración de los instrumentos para el diagnóstico a profundidad.
  2. Determinación de la vía más factible de emplear atendiendo a la temática que aborda y a las transformaciones en secundaria básica.
  3. Elaboración de los programas para la preparación de los escolares y los profesores.
  4. Preparación de las fuentes bibliográficas y cartográficas a emplear.
  5. Concepción de las actividades a desarrollar por la vía docente
  6. Preparación de los maestros para garantizar el efecto multiplicador y la continuidad empleando la vía formal.
  7. Otras acciones a desarrollar por los estudiantes por la vía extradocente y extraescolar: Incluye el trabajo con los murales, en matutinos especiales, concursos, acciones con la familia y la comunidad.
  8. Concepción de la evaluación de la estrategia.
  9. Preparación de la implementación práctica de la estrategia.

El accionar con la familia parte de su reconocimiento como el escenario primario donde se gestan, desarrollan y se transforman identidades, valores sociales: herencia cultural e histórica que enriquece y hace crecer material y espiritualmente. Las acciones concebidas están dirigidas al intercambio de información desde su función cultural.

Para las acciones comunitarias, además de la solicitud de información y aprovechamiento de sus conocimientos acerca del tema, concibe el intercambio con los residentes locales durante la exposición de los círculos de interés, el que permitirá compartir saberes. Serán objeto de diagnóstico por los estudiantes como parte del trabajo investigativo a desarrollar y en otras acciones como intercambios como charlas y debates sobre aspectos relevantes de la unidad de análisis.

La selección de la vía parte de atender al hecho a las que se utilizan en el proceso educativo escolar: la curricular (asignaturas) y la extracurricular (talleres, clubes, círculos de interés, sociedades científicas, video-debates) para asumir aquella que tenga mayores potencialidades atendiendo al objetivo propuesto.

El proceso educativo incluye los procesos de enseñanza y educación organizados en su conjunto y se entiende como “Aquel proceso educativo donde se pone de manifiesto la relación entre la educación, la instrucción y la enseñanza y el aprendizaje encaminado al logro de la personalidad del educando para su preparación para la vida” (Fdez., A.M 2004: 150), por lo que resulta viable en el proceso a desarrollar.

Se priorizan las actividades escolares extraescolares, por estar orientadas al desarrollo del gusto estético, la preparación cultural integral, a propiciar que la escuela sea el centro cultural más importante de la comunidad, a conocer, amar y proteger el patrimonio, entre otras, por lo que es propicia para desarrollar este tipo de trabajo sobre las que existen disposiciones para el tratamiento de lo local, particularmente a través de los círculo de interés.

En la literatura pedagógica se da en general una clasificación de las formas organizativas de la educación en dependencia de cómo están organizados los alumnos. El círculo de interés pertenece al trabajo en grupos: las actividades que allí se realizan contribuyen a enriquecer los conocimientos generales, ayudan a satisfacer los intereses e inclinaciones individuales y a desarrollar sus capacidades creadoras. El centro de gravedad del trabajo se traslada a la organización de la actividad práctica de los escolares.

En el trabajo extradocente y extraescolar predominan las actividades independientes de los alumnos. En sus variadas formas y métodos crean condiciones para el trabajo creador de estos, cuyas iniciativas se analizan a través de la función dirigente del educador que lo dirige. Tanto psicológica como pedagógicamente son una forma de trabajo altamente motivadora que desborda su marco extradocente y extraescolar y se hace evidente en la docencia de las asignaturas afines, por lo que se privilegia el trabajo empleando esta vía.

Se requirió de la elaboración de los programas para los estudiantes y profesores con la diferencia de que en el segundo se presta más atención a la proyección pedagógica considerando los componentes personalizados y personales según (Gutiérrez, R, 1999:10), desde una perspectiva interdisciplinaria que retoma lo local como nivel de concreción de los contenidos considerados como “aquella parte de la cultura y experiencia que debe ser adquirida por los estudiantes en dependencia de los objetivos propuestos” según las apreciaciones de (Addine, 1998: 15).

Las habilidades cartográficas privilegian el trabajo con el mapa toponímico y el diccionario geográfico centradas en la localización y la lectura del mapa. Incluyen la identificación de problemas ambientales reflejados a través de los topónimos, además de concebir la realización de investigaciones que demandan la aplicación de instrumentos como encuestas, procesamiento de la información y presentación de los resultados y habilidades comunicativas para el tratamiento a la expresión oral y escrita de los topónimos.

Los métodos seleccionados se corresponden con las necesidades y posibilidades en estrecha relación con los objetivos y el contenido abordado, privilegiando a aquellas que propician el debate, la reflexión, la valoración, en las que transcurre la formación de la personalidad. Se plantean los juegos de roles para abordar los aspectos legislativos, planteamiento de metas para la protección del patrimonio toponímico, concensuadas en el marco grupal, la observación, métodos visuales la conversación y explicación; la elaboración conjunta entre otros.

La utilización de medios o materiales complementarios entre estos las tecnologías de la información garantiza la preparación de escolares y profesores, se conceben además otras fuentes cartográficas y bibliográficas. Resulta importante la confección de artículos, búsqueda de mapas, diccionarios, boletines, resúmenes de obras literarias en prosa y en verso para la consulta de los escolares y profesores, pues muchos de estos en ocasiones se encuentran dispersos, o son ejemplares únicos, situados en bibliotecas alejadas, además del escaso tiempo disponible para su búsqueda.

Se garantizan los informantes claves, seleccionados mediante la técnica de Contacto Global, consistente en la búsqueda de aquellas personas con dominio de la toponimia y la historia local, cuestión que permite una primera aproximación de la realidad en la que se va a actuar, en los primeros pasos de la investigación porque constituye la primera aproximación al objeto de estudio. Atiende a cuestiones como la permanencia del nombre, cambios en su denominación, y otras de valor histórico y cultural, definidos por Ander-Egg (citado por Gómez, 2002: 13):

  • Funcionarios y técnicos. Profesionales con diferente pertinencia y relevancia.
  • Líderes y dirigentes de organizaciones populares.
  • Gente de pueblo que ayudan a clasificar y organizar la vida cotidiana.
  • Autores musicales para conocer en que medida el medio local ha sido fuente de inspiración para sus obras.

El empleo de la técnica de “Bola de nieve” resulta de gran utilidad, pues mediante la cual se le solicita a cada informante una lista de personas que pudieran aportar datos valiosos sobre el tema siguiendo las etapas de selección administrativa relativa a las relaciones que deben prevalecer entre la Comisión de Nombres Geográficos y el Ministerio de Educación y educativa para propiciar las vías para la posible instrumentación de la estrategia.

La acción dirigida a la preparación de los profesores atiende a la necesidad de garantizar el efecto multiplicador mucho más generalizador a todos los niveles dentro del grado para lo cual se emplean los espacios de las preparaciones metodológicas del grado o la escuela.

El profesor controla el trabajo de los estudiantes. Las acciones a desarrollar por la vía formal privilegian la clase como forma de organización fundamental con un acentuado carácter práctico para producir intercambios mutuos y un ambiente colaborativo entre los estudiantes del círculo de interés y su grupo. El estudiante que ya recibió con antelación los contenidos toponímicos en el círculo de interés, apoya al profesor cuando se realicen las acciones por esta vía.

Román y Murillo (2009) consideran que desde la evaluación es posible –y necesario- generar información relevante sobre factores y variables que limitan o posibilitan los aprendizajes de los niños y los jóvenes de manera de poder actuar oportunamente y en consecuencia así como reconocen su papel en el desarrollo de procesos educativos más integrales y acordes a las necesidades actuales.

La evaluación de los escolares se concibe como proceso y resultado representativo del proceso formativo a desarrollar, de manera sistemática en cada sesión de trabajo, lo que permite conocer y valorar las carencias iniciales y aquellas aún por resolver, atendiendo a los indicadores seleccionados. Incluye la evaluación individual y grupal, la valoración y la autorreflexión, por lo que se atienden las diferencias individuales valoradas con este y el grupo, los avances logrados y la propuesta de nuevas metas.

La primera tarea evaluativa parte del diagnóstico y permite valorar las necesidades grupales e individuales, los objetivos y las condiciones existentes para conceptualizarlas, permite elaborar un pronóstico evaluativo, que es la imagen de la formación que alcanzará el estudiante, un proceso de y aplicación sistémica. No se trata de evaluar aprendizajes de contenidos sino aprehensión de sus valores, lo cual implica conocer los resultados en torno a las aspiraciones de la sociedad y su proyecto de modelo social en función de las valoraciones.

Los escolares que participan de la experiencia se asumen como agentes activos de su propio aprendizaje lo que desde la perspectiva de una pedagogía humanista constituye un elemento activo del aprendizaje, personalidad que se desarrolla a partir de las posibilidades personales y la interacción con los otros, ellos deben realizar sus autovaloraciones con respecto a los contenidos incorporados, por lo que permite juzgar en cada actividad la marcha del proceso y la retroalimentación, posibilitando con ello la autovaloración y la autorreflexión para lo cual en cada sesión de trabajo deben anotar en su libreta lo que antes no conocían y han logrado incorporar, las habilidades desarrolladas, como la importancia atribuida a cada cosa.

La evaluación de la estrategia contempla el criterio emitido por los expertos para lo cual se ponen a su consideración una serie de aspectos antes de su implementación, así como la que aportan los resultados obtenidos por los estudiantes en la práctica educativa a partir de los indicadores establecidos y de las dificultades detectadas y su superación según el estado actual al deseado.

Según las consideraciones de Jornet, Suárez y Belloch referidos por Jornet y Sánchez (2011), es dato o resultado que es susceptible de una interpretación inequívoca o normalizada y que informa del funcionamiento de algún fenómeno. Sean los indicadores simples datos (tasas, ratios…) o complejos (resultado de la combinación de diversos indicadores simples), su relación con el fenómeno del que pretenden informar se debe establecer de forma particular, o de manera combinada, para su interpretación en consonancia con otros indicadores.

Las dimensiones seleccionadas para decidir si los escolares son portadores de la cultura toponímica local incluyen en su agrupamiento posterior por categorías de niveles: Alto, Bajo y Medio:

  • Aspectos cognitivos: Dirigidos a conocer el significado del término toponimia y de otros relacionados con la misma que posibilitan el trabajo con diferentes fuentes como los mapas y diccionarios toponímicos, los procesos vinculados al origen, desarrollo y evolución de los topónimos , aspectos legislativos relativos a los nombramientos, particularmente aquellos relacionados con la estructura y funciones de la Comisión de Nombres Geográficos por posibilitar el conocimiento y orientación acerca de a quien dirigirse en caso de que se produzcan nuevos nombramientos, se deseen cambios en estos o existan inconformidades con los existentes.
  • Dominio de habilidades: Incluye el trabajo con diferentes fuentes y para las investigaciones toponímicas, realizar investigaciones sencillas, confeccionar otras fuentes entre otras.

Muchos lugares en el marco local son conocidos con más de un nombre, uno es el popular y el otro es el oficial o normalizado. Si se aspira al empleo sostenible de los topónimos ¿Cómo defender sin conocer? ¿Cómo llegar a propiciar los procesos divulgativos y realizar acciones encaminadas a la preservación de los nombres geográficos si no nos identificamos afectivamente con estos?, cuestión que conduce a considerar la identificación afectiva con el topónimo, esta identidad tiene un aspecto cognitivo el cual tiene que ver con el hacer y conocer nuestro lugar en el mundo, y con las urgencias económicas y políticas y sociales existentes, en las que intervienen las prácticas de acuerdos de creación y mantenimiento de los sentimientos de pertenencia.

El sentimiento de identidad territorial y la conciencia de diferencias entre sus habitantes y vecinos percibida tanto por unos como por otros, es un fenómeno común en muchas regiones del mundo. La apropiación material y simbólica del espacio parece ser un elemento fundamental en la construcción de un sentido de pertenencia, los que según Chambert de Loure (1988), no se adquiere de inmediato, inicialmente carece de significación social, en la medida en que se desarrolla una relación afectiva de acuerdo con la intensidad y continuidad de la interacción, va adquiriendo importancia.

Estos significados tienen origen en la experiencia que el hombre o grupos humanos le otorgan al mismo. El lazo de afectividad que une al hombre con determinado lugar constituye una relación de identidad, la cual tiene entre sus raíces la expresión histórica de este. Según Lesocha-Jalgeman (1995) citado por Sánchez (2002: 12), esta connotación afectiva con el nombre del lugar en que vive tiene incidencia en la cotidianidad de su empleo por las influencias no solo familiares y comunitarias, sino por las que puede jugar la escuela.

La importancia concedida a la identificación con el topónimo, el significado valorativo y emocional que dan los sujetos a estos, radica en el hecho de que en estos actos identitarios las personas se convierten no solo en receptores simples de su pasado, sino en narradores de este, integrándolo al presente y proyectándolo al futuro garantizando su continuidad, pues permiten percibir (como acto sensorial), interpretar y valorar (como acto psicológico y una estética de la vida y la expresión). Se considera imposible realizar acciones socializadoras de los topónimos si no se está identificado afectivamente con estos, pues cuando un lugar tiene más de un nombre se divulgará y empleará aquel con el que se está identificado, cuestión en la que intervienen varias influencias como su pertenencia al espacio local, el arraigo e inciden desde luego en el compromiso para su uso sostenible.

La última dimensión radica en el efecto multiplicador a lograr como parte de la socialización de la información toponímica a través de la divulgación, la que puede erigirse en un aspecto trascendente de los saberes adquiridos y ejercer influencias para que otros empleen correctamente los topónimos y otros aspectos de interés cultural.

Bosque (2003:5) ha reconocido que aquellos espacios territoriales menores que, teniendo como centro la escuela, constituyen excelentes "laboratorios" para la interacción directa de los alumnos y el medio ambiente durante las actividades de aprendizaje, denominada como localidad por muchos autores, a la vez que es utilizada por diferentes disciplinas en su trabajo escolar, ofrece al profesor la posibilidad de utilizarlo en un trabajo de formación ambiental sistemático y en el perfeccionamiento de un conjunto de valores, lo cual eleva la cultura integral, profundiza en su formación ambiental en general.

El corte evaluativo realizado con la aplicación de diferentes instrumentos entre estos la prueba pedagógica y la encuesta, posibilitaron la determinación del nivel de partida y las limitantes a resolver, tuvo en cuenta además, la información aportada por los profesores a partir del banco de problemas de la escuela y presentes en los escolares como: deficiente información cultural, limitado desarrollo de habilidades cartográficas e investigativas, problemas con las habilidades comunicativas. Se incorporan otras, diagnosticadas en investigaciones anteriores y que tienen que ver con las necesidades de la Comisión de Nombres Geográficos en el territorio.

Con la intención de conocer en que medida los problemas detectados en los estudiantes reflejan las dificultades de sus profesores y las limitaciones y posibilidades para el interés de esta investigación, se complementa la información preliminar a través de una entrevista grupal a estos en la que se obtuvieron los elementos para conformar un análisis situacional DAFFO.

4. RESULTADOS DE LA IMPLEMENTACIÓN DE LA ESTRATEGIA EN LA PRÁCTICA

Los resultados de la implementación práctica de la estrategia se realizó a través de un círculo de interés conformado sobre la base del interés para formar parte del mismo, motivaciones por conocer acerca al tema, disposición para la realización de trabajos planteados y compromiso para participar en las diferentes actividades a realizar en el mismo y a compartir los saberes.

Se realizaron recorridos toponímicos locales con la intención de conocer diferentes connotaciones de los nombres de lugares locales a través de alternativas entre las que se destacan los de la obra literaria en prosa y verso de autores que recrean topónimos locales , las que permitieron conocer cuestiones relativas al estado del medio ambiente con fines de interpretación ambiental y otras de índole cultural, además por la división política administrativa, dirigida a la ubicación en unidades taxonómicas territoriales de orden mayor hasta llegar al barrio, como unidad seleccionada para contribuir al desarrollo de una cultura hacia los nombramientos.

La connotación que ha tenido el nombre de Santa Clara : municipio en que se realiza la investigación, ha motivado diferentes problemas con su empleo, sobre todo por su denominación y escritura al ser denominado antiguamente como Villa Clara y escribirse junto y no separado. Fueron confeccionados y analizados mapas de la división política administrativa combinados con la lectura de artículos esclarecedores.

Para la identificación e interpretación ambiental se tiene en cuenta que muchos topónimos expresan particularidades del lugar que responden a aspectos de interés geográfico, histórico y botánico en particular. Algunos de estos referentes han desaparecido, en otros casos, lo que permite juzgar de la existencia de condiciones que favorecieron tal situación y es la intención de esta actividad.

Para abordar los nombramientos populares a un accidente ya conocido y uniformado con otro, y a los aspectos legislativos, fueron realizadas actividades en las que se evidencia como los pobladores dan diferentes nombres a los accidentes geográficos al pasar por algunos lugares: situaciones tomadas del diagnóstico, cuestión que trajo como resultado la discusión y el convencimiento en torno a los inconvenientes que tales prácticas generan.

A través de un juego de roles denominado: “Se busca un nombre”, se abordaron aspectos legislativos, la toma de acuerdos sobre el papel a jugar por cada uno. Contribuyó a desarrollar el respeto en el desempeño de los demás en su posición y a la apropiación de normas de conductas que garantizaron un desarrollo exitoso.

Para potenciar la responsabilidad ante la protección del patrimonio toponímico local, se efectuó una acción dirigida al establecimiento de metas titulada: mi compromiso con la protección del patrimonio toponímico local.

Las acciones de preparación al profesor para garantizar el efecto multiplicador empleando la vía formal se realizó en los espacios correspondientes a las preparaciones metodológicas, por lo que la muestra se caracterizó por diferentes momentos y participantes: inicialmente se trabajó con la población de 40 profesores.

Se impartieron dos conferencias especializadas de carácter general por un representante de la Comisión de Nombres Geográficos. En la etapa intermedia se concretó a la población de 16 profesores de 7mo. Grado. La localización y la lectura de mapas implicaron explicar su uso.

El trabajo con el diccionario geográfico precisó la presentación de la obra y el análisis de las potencialidades para su empleo. Se efectuó la familiarización con algunos folletos que pone a disposición del Ministerio de Educación la Comisión Nacional de Nombres Geográficos, básicamente los que tienen que ver con los nombres normalizados y de obligatorio cumplimiento por parte de los profesores al abordar las materias toponímicas en los programas como es el caso de la disciplina Geografía, además de otros que ofrecen información cultural de interés.

Se emplearon las clases de Español Literatura en las unidades para el tratamiento de aspectos los relacionados con el empleo de información toponímica en la construcción de oraciones unimembres y bimembres, el sintagma nominal sujeto y predicado, los sustantivos y los adjetivos con el empleo de topónimos locales.

Al estudiar los textos literarios se trabajó la obra de dos autores locales para el tratamiento a las características del barrio y el lenguaje figurado. En la unidad II, en la búsqueda de palabras desconocidas en el diccionario se seleccionaron las palabras Toponimia y Patrimonio, los que posibilitaron la confeccionaron párrafos y familia de palabras.

Entre las acciones para garantizar el efecto multiplicador con la familia se compartieron saberes, incluidos como parte de los compromisos y las metas trazadas por los escolares, se aportó información vivencial.

Las acciones con los residentes locales fueron realizadas a través de trabajos investigativos con proyección comunitaria y permitieron completar el diagnóstico inicial. Se destaca el intercambio informativo al visitar un lugar denominado: la Cañada referido en una obra literaria con fines de identificación ambiental a través de los topónimos mediante aplicación de entrevistas para conocer las percepciones de los pobladores respecto a las implicaciones ambientales de vivir en lugares así y otros aspectos de interés para completar el diagnóstico.

Se efectuó un intercambio con los residentes locales, atendiendo a una de las normativas en este nivel de enseñanza que establece programar actividades a nivel del municipio, en los que de conjunto con la comunidad, se haga la presentación de los trabajos que reflejen las tradiciones y la historia en el ámbito local.

La conferencia impartida por un informante clave, permitió conocer la participación del barrio en una acción histórica así como de otros aportes de este a diferentes oficios como los de músicos, zapateros, barberos y despalilladores, esta último ocupó incluso a gran número de mujeres.

El concurso, requirió del establecimiento de sus bases. Fueron protagonistas los estudiantes del círculo de interés en manifestaciones de poesía, dibujos y composiciones sobre la toponimia del barrio.

Las acciones proyectadas en diferentes contextos permitieron mostrar un conjunto de resultados de gran valor para todos los que se interesan en el tema, particularmente en el nivel local y para los trabajos de actualización, entre los que se destacan:

  • El callejero de nombres geográficos local: obra en la que se refieren las calles en que viven los estudiantes miembros del círculo de interés el cual tomó como base el realizado por el Comité Estatal de Estadísticas Provincial en el año 2005 con motivos del trabajo de actualización que en este organismo se realizan y se le incorporaron otros nombres con los cuales se ha conocido. Se presenta en forma de una tabla y puede ser empleado para realizar consultas, cuando alguna persona local o no, necesita aclarar alguna duda respecto a las denominaciones que aparecen en escritos antiguos u otros recientes en los que los nombres no se corresponden con el actual, útiles además para otros organismos que lo emplean. Contribuyó a involucrar a los estudiantes en el trabajo de normalización que se acomete en este organismo.
  • El manual de saberes local: folleto con información toponímica esencial en la unidad de estudio seleccionada. Ofrece datos de interés acerca de los topónimos como: el barrio, el reparto, las calles, los consejos populares presentes en el mismo, con énfasis en su dinámica por las connotaciones que en el orden político y administrativo han tenido y refiere lugares que tienen igual nombre e incorpora la manera en que los escolares pueden participar en la protección del patrimonio toponímico local.

Los trabajos investigativos con proyección comunitaria requirieron la división en equipos y una sesión de exposición que propició el intercambio y la reflexión grupal relacionados con los nombres de lugares así como aplicar encuestas con la ayuda de facilitadores a 18 miembros de la comunidad. Permitió la búsqueda de información en diferentes fuentes, la identificación de problemas ambientales mediante la observación en el lugar, resultó efectiva para corroborar el reflejo a través del nombre de las características del medio ambiente y completar la información para el diagnóstico en esta unidad.

El empleo de la técnica denominada “Compartiendo Saberes” la cual consiste en que en cada sesión de trabajo, se reconoce lo que se ha incorporado y se comparte con sus compañeros, cuestión que se hace extensiva a la comunidad y a la familia, concebidas con un registro, que incorpora también sus vivencias teniendo en cuenta lo que antes no sabía y ahora se, lo que antes no sabia hacer y ahora sé, lo que me disgustaba acerca del significado del lugar y ahora he podido comprender, lo que he podido compartir con los demás y que antes no hacia, lo que pensé cuando inicié el estudio de los temas y lo que sucedió en la práctica, lo necesario del estudio del tema.

El proceso de investigación desarrollado, posibilitó realizar aportes prácticos de gran utilidad para el trabajo en la escuela, los que pueden servir de referencia para trabajos en otros contextos y escenarios. Entre estos un folleto para los docentes, lo cual posibilitó su inclusión en las clases en aquellos temas seleccionados para su tratamiento, resultando un valioso complemento al programa realizado con la intención de poner en manos del profesor los elementos esenciales para abordar la temática en el proceso de enseñanza aprendizaje en el referido nivel.

Se confeccionó un manual de saberes toponímicos en un proceso interactivo con el concurso de los escolares, los maestros y la comunidad que posibilita el conocimiento de los aspectos relativos a la toponimia, a las competencias de la Comisión de Nombres Geográficos, puede ser empleado por los que se interesen en el tema. Aparecen consideraciones con visión de futuro y la manera en que los escolares pueden participar en la solución a problemas que se presentan en esta esfera.

En los espacios educativos escolares desde la perspectiva de un currículo abierto y flexible, es posible la inserción de diferentes temas formativos aprovechando las potencialidades de los contenidos de las diferentes disciplinas a través de adaptaciones y propuestas que posibiliten su proyección pedagógica, debiendo seleccionar los aspectos más relevantes para evaluar la marcha de los aprendizajes , en los que las propuestas para ello puede partir de estrategias en las que las dimensiones e indicadores a evaluar se correspondan con los objetivos propuestos y el objeto de estudio de las diferentes disciplinas.

El profesor que dirija el aprendizaje toponímico necesita vincular la temática con el contexto en que vive, lograr que el estudiante lo entienda como una necesidad, desarrolle intereses hacia su estudio, lo inserte en su aprendizaje, cuestión que garantizará una mejor disposición para incorporar estos contenidos a su accionar y propiciar comportamientos más responsables, al ser partícipes de este proceso desde la proyección pedagógica.

El escolar, en atención a lo expuesto debe apropiarse de los saberes cognitivos, procedimentales y actitudinales concebidos y desarrollar un efecto socializador. Se tuvo en cuenta para la evaluación además de los indicadores la asistencia, el interés e implicación demostrada en la solución de las tareas planteadas.

Los resultados obtenidos han permitido poner de relieve el caudal educativo que ofrecen los topónimos y el papel que debe jugar la escuela y sus agentes socializadores no solo como contenedores de las acciones formativas desarrolladas sino de los espacios en los que se desarrolla nuestra vida cotidiana para la formación de la cultura toponímica local.

5. CONCLUSIONES

El proceso de investigación desarrollado permitió la articulación entre la cultura y los pilares básicos para la educación del siglo XXI, como exigencias para el proceso formativo y para la definición de cultura toponímica, los indicadores para avalar que el escolar es portador de esta, incorporar alternativas metodológicas dirigidas a perfeccionar los medios existentes y concebir técnicas para incorporar nuevas aristas a los estudios locales desde una perspectiva sostenible.

El diagnóstico de necesidades educativas y la constatación del estado actual del objeto de investigación arrojan una insuficiente base formativa de la cultura toponímica local en el orden conceptual, procedimental y actitudinal y las grandes posibilidades de abordar la temática por las potencialidades que ofrecen los contenidos de las diferentes disciplinas y el modelo formativo de la secundaria básica.

La estrategia pedagógica para la formación de la cultura toponímica local en escolares de secundaria básica se distingue por su objetividad, contextualización espacio- temporal, flexibilidad, atención a sus receptores, involucra a los diferentes agentes socializadores de la escuela y formas de trabajo establecidas por esta y potencia la preparación de los maestros y escolares para la continuidad en etapas posteriores y da respuesta a demandas sociales, particularmente de la Comisión de Nombres Geográficos en el territorio para dar solución a problemas en esta esfera que exigen de la formación cultural toponímica posibles a promover desde la escuela en su rol social.

La evaluación inicial de la estrategia empleando el criterio de expertos, permitió valorar sus logros y dificultades en la satisfacción de las necesidades detectadas, además de perfeccionar y direccionar los contenidos en la dirección deseada. Su implementación en la práctica empleando las diferentes vías de trabajo en la escuela, fue efectiva, evidenciada en las transformaciones operadas en los sujetos que participaron de la experiencia.

Los materiales resultantes del proceso de investigación en las etapas de planeación e instrumentación permitieron dotar a los maestros, residentes locales e interesados en el tema de importantes fuentes para la consulta que posibilitan un aprendizaje vivencial y significativo y a multiplicar saberes.

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