REICE 2014 - Volumen 12, Número 3
LA INVESTIGACIÓN EN LAS UNIVERSIDADES PRIVADAS DE LA ARGENTINA. CAMBIOS TRAS LAS POLÍTICAS DE ASEGURAMIENTO DE LA CALIDAD Y FINANCIAMIENTO COMPETITIVO{1}

INTRODUCCIÓN

En la Argentina, el desarrollo de la actividad de investigación ha sido débil en gran parte de las universidades, principalmente por la orientación profesional de sus carreras de grado, que atraen a la mayoría de los estudiantes universitarios. A su vez, el sector privado posee un menor grado de consolidación de la investigación que el sector público. Esto responde a varios factores tales como: sus condiciones de origen, su menor tradición y antigüedad en el sistema de educación superior, el escaso desarrollo de las ciencias básicas, la creación de algunas instituciones cuya misión ha sido centralmente la formación de profesionales y la menor masa crítica de investigadores. Con respecto al financiamiento, mientras las universidades públicas dependen principalmente de los fondos que les transfiere el Estado a través del presupuesto público para las funciones de enseñanza e investigación, la principal fuente de financiamiento de las universidades privadas es el arancel que cobran a sus estudiantes. Sin embargo, si bien las universidades privadas no pueden recibir fondos del Estado para la actividad de enseñanza, pueden beneficiarse de los fondos públicos competitivos para la investigación en la medida en que sus docentes-investigadores y sus grupos de investigación puedan tener acceso a éstos (García de Fanelli, 2011).

Como respuesta al diagnóstico de baja consolidación de la investigación en el sector universitario, a partir de la década del noventa el gobierno incorporó políticas públicas de educación superior tendientes a impulsar su desarrollo. A comienzos del nuevo milenio, el sector privado ampliado y altamente diversificado en cuanto a la oferta de carreras de grado y posgrado, debió desplegar entonces estrategias no sólo para atraer estudiantes, sino también para posicionarse ante los nuevos marcos regulatorios e incentivos hacia la investigación. Este entorno de políticas se generó, en particular, desde la puesta en funcionamiento de la Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria (CONEAU), y por la expansión de instrumentos y recursos para financiar la investigación, generados por el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica (ANPCyT).

La CONEAU, creada en 1995 a partir de la nueva Ley de Educación Superior, tiene a su cargo numerosas tareas en su misión de asegurar la calidad de las instituciones universitarias públicas y privadas y de los programas de grado y posgrado que ellas dictan (García de Fanelli, 2011). En primer lugar, tiene mandato legal para intervenir en las autorizaciones de nuevas instituciones, pronunciándose acerca de la consistencia y viabilidad de los proyectos institucionales, para que el Ministerio de Educación autorice su puesta en marcha. Como efecto directo de esta actividad de control de la expansión, el ritmo de crecimiento en el número de instituciones privadas disminuyó notablemente. En segundo lugar, está a cargo de la evaluación institucional externa de todas las universidades. Finalmente, la CONEAU tiene a su cargo la acreditación de programas de grado cuyos títulos corresponden a profesiones reguladas por el Estado y cuyo ejercicio pudiera comprometer el interés público, con el fin de garantizar el cumplimiento de estándares mínimos de calidad e impulsar la realización de mejoras en los programas que no alcanzan los estándares, y la acreditación periódica de todos los programas de posgrado (especializaciones, maestrías y doctorados). Los resultados de estos procesos de acreditación son públicos, por lo que su probable incidencia sobre el funcionamiento organizacional es doble: por el efecto directo sobre la validez del título (en las carreras de grado y posgrado) y por el efecto indirecto sobre la reputación del programa y de la universidad.

Junto con la CONEAU, el otro organismo que cambió significativamente el entorno de las universidades públicas y privadas es la Secretaría de Ciencia y Tecnología (SECyT), creada en 1996 bajo la jurisdicción del entonces Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología. En el año 2007, la SECyT asciende al rango de Ministerio e integra bajo su jurisdicción a todas las organizaciones públicas dedicadas a la investigación y el desarrollo (I+D). En particular, está a cargo de la planificación e implementación de los lineamientos políticos nacionales, así como también de la coordinación, evaluación y control de gestión de las actividades de I+D. En su área de influencia se encuentran dos organismos relevantes: el CONICET y la ANPCyT. El CONICET, creado en el año 1958 bajo inspiración del Centre National de la Recherche Scientifique (CNRS) francés, administra y financia las Carreras del Investigador Científico y del Personal de Apoyo a la I+D y el sistema de becas para la capacitación y perfeccionamiento de egresados universitarios. Los beneficiarios de estas acciones tienen sede de trabajo en universidades u otras entidades, públicas o privadas, dedicadas a la actividad de investigación. La ANPCyT, creada en 1996, administra fondos de financiamiento competitivos, entre los se destacan los Proyectos de Investigación Científica y Tecnológica (PICT) y los Proyectos de Investigación Científica y Tecnológica Orientados (PICTO).

En este contexto particular, cabe examinar en qué medida las regulaciones, señales e incentivos generados por el nuevo entorno de políticas públicas han favorecido al aumento de la actividad de investigación en el sector universitario privado argentino.

En el año 2013 el sector universitario privado totalizaba 62 instituciones frente a 55 del sector público y concentraba el 20 por ciento de la matrícula total de grado y posgrado (Ministerio de Educación, 2013). Cabe aclarar que, en la Argentina, el sector universitario abarca tanto a las universidades como a los institutos universitarios. Ambos otorgan los mismos grados académicos; la diferencia radica en que los institutos universitarios se focalizan en un determinado campo disciplinar. Estas organizaciones están gobernadas generalmente por un Consejo de Administración o Directivo, a cargo de la designación de las autoridades y de tomar las principales decisiones de gobierno y gestión (Del Bello, Barsky y Giménez, 2007). Esto implica que en estas instituciones, a diferencia de las públicas −gobernadas por órganos colegiados con representación y elección de los docentes, alumnos y graduados− es más factible que se pueda producir un cambio top-down. Más allá de esto, los profesores suelen retener la autoridad que emana de su campo disciplinario en todo lo que hace al plan de estudio y a la actividad de investigación.

De acuerdo con Harvey y Green (1993), el aseguramiento de la calidad (quality assurance) comprende un conjunto de mecanismos, procedimientos y procesos cuyo propósito es asegurar el tipo de calidad deseada por la institución y/o por el sistema. Según esta concepción, ‘aseguramiento de la calidad’ implica el diseño e implementación de procesos tanto de ‘evaluación’ como de ‘acreditación’. Un elemento común de las políticas de aseguramiento de la calidad y las de financiamiento competitivo de la investigación es que han contribuido a definir un “modelo” de universidad de calidad. Este tipo ideal, que emula a las universidades de investigación presentes en los países industrializados, se caracteriza por la existencia de una masa crítica de docentes-investigadores con dedicación exclusiva, formación doctoral y un desarrollo importante de la actividad de investigación. Esto último se manifiesta de una manera visible, en la cantidad de publicaciones en revistas indexadas.

En este artículo se analiza en qué medida las regulaciones, señales e incentivos generados por el nuevo entorno de políticas públicas han provocado cambios en la actividad de investigación en las universidades privadas de la Argentina en la primera década del 2000. Tras presentar la fundamentación teórica en términos de antecedentes y teorías sustantivas que han orientado este trabajo de investigación, se expone el método utilizado, para luego examinar los avances de la actividad de investigación en las universidades privadas, según lo revelan los indicadores de insumos y resultados construidos a partir de la información disponible. Por último, se presentan las principales conclusiones de la investigación realizada.

1. FUNDAMENTACIÓN TEÓRICA

Desde de los años noventa se comenzó a desarrollar una literatura centrada en el análisis de las políticas de financiamiento y de la evaluación de la calidad y su probable impacto sobre el cambio universitario (Kaiser, Vossensteyn, Koelman, 2001; Neave y Van Vught, 1994; Salmi y Hauptman, 2006; Van Vught, 2009). La cuestión se planteaba en términos de “timonear a distancia” a las instituciones de educación superior, conduciéndolas hacia una mejora de la eficiencia y la calidad en la provisión de la educación.

En América Latina, la discusión sobre la eficacia de estas políticas para promover el cambio universitario se instala a partir de mediado de los años noventa, cuando algunos países comienzan a incorporar este tipo de instrumentos a través de nuevos marcos legislativos y programas de financiamiento (Balán, 2000; Mollis, 2003; Tunnerman, 2008).

En lo que respecta al caso particular de la dinámica de cambio en el sector universitario privado, se destacan los trabajos que analizan la expansión institucional en la región y sus lógicas de funcionamiento en un nuevo contexto de políticas de educación superior (Brunner, 2012; Levy, 1986, 1999, 2002, 2004; Rama, 2012). Por otra parte, diversos estudios muestran que la articulación entre las políticas de aseguramiento de la calidad y la dinámica de mejora impulsada desde el interior de las instituciones es una variable crítica para que los cambios producidos sean reales y no cosméticos (Campos, 2012; Corengia, 2010; Espinosa, 2011; Gregorutti y Bon Pereira, 2013; Guerrini, 2008; Guglianone, 2010; Landoni, 2006, 2008; Lemaitre, 2009).

En el caso argentino, se desarrollaron algunos estudios tendientes a analizar el impacto de las políticas públicas de financiamiento y calidad sobre el cambio universitario (Chiroleau, Marquina y Riniesi, 2012; García de Fanelli 2005, 2008,2012). Existen también estudios descriptivos que abordan la temática específica de la investigación y de las universidades privadas de la Argentina (Barsky, 2001, 2007; Del Bello, Barsky y Giménez 2007). En tal sentido, el estudio realizado por Barsky y Giba (2013) acerca de la evolución de la investigación en las universidades públicas de gestión privada 2001-2011, constituye el antecedente más inmediato y relevante de este trabajo de investigación.

En lo que respecta al uso de datos para medir el grado de consolidación de la actividad de investigación, Albornoz (2008, 2012) avanzó en el desarrollo de modelos e indicadores y Escotet, Aiello y Sheepshanks (2010) brindaron una síntesis sobre la actividad científica en la Argentina en el contexto de América Latina.

Si bien los antecedentes mencionados dan cuenta de un campo de estudio en crecimiento, preocupado por la eficacia de las políticas públicas en la mejora de la calidad y la eficiencia de las universidades, se puede apreciar que son pocos los trabajos que se enfocan en el impacto de las políticas públicas sobre el desarrollo de la actividad de investigación en las universidades privadas. Este trabajo busca ser una contribución en esta dirección.

Como marco conceptual se parte de la concepción de la universidad que reacciona frente a los cambios de su entorno organizacional, pero entendiendo que dicha respuesta está mediada por la heterogeneidad de sus misiones y estrategias organizacionales. Para el análisis, utilizamos diversas perspectivas teóricas, donde prevalece el enfoque internalista de Burton Clark (1983, 2004) y el nuevo institucionalismo de la sociología de las organizaciones (Powell y DiMaggio, 1991).

Clark (2004) señala que las exigencias del Estado por sí solas no producen cambios, sino que lo que cuenta son las respuestas provistas desde dentro de las universidades en tanto agentes con autonomía académica e institucional. En este marco, el resultado es una diversidad de respuestas organizacionales frente a políticas públicas comunes. Desde su visión internalista, Clark (1983) destaca el error de analizar el cambio dentro de las organizaciones universitarias como producto exclusivo de fuerzas externas, ya que si bien las universidades enfrentan las mismas presiones o incentivos, algunas cambian de manera significativa, otras de manera moderada, y otras no cambian en absoluto. Otro elemento diferenciador, según Clark (1983) es la importancia de la disciplina. Como señala este autor (Clark, 1983:57) “una prueba sencilla demuestra su fuerza: si se le ofrece a un trabajador académico la opción de dejar la disciplina o la institución, preferirá abandonar la institución”. Por su parte, Becher (2001) señala que las actitudes, actividades y estilos cognitivos de las comunidades científicas que representan una determinada disciplina, están estrechamente ligados a las características y estructuras de los campos de conocimiento con los que esas comunidades están profesionalmente comprometidas.

Contraponiéndose a esta visión que conduce a la diferenciación entre las instituciones universitarias y campos disciplinarios, el nuevo institucionalismo sociológico de Powell y DiMaggio (1991) afirma que los cambios organizacionales, producto de la presión del entorno, conducen a la homogeneidad organizacional. Estos cambios no son necesariamente el resultado de la búsqueda de mayor eficiencia organizacional sino de fuerzas isomorfas desencadenadas por el marco legal (isomorfismo coercitivo), la incertidumbre del entorno y la búsqueda de legitimidad (isomorfismo mimético) y por las comunidades profesionales (isomorfismo normativo) (Powell y DiMaggio, 1991).

En suma, si bien de acuerdo al enfoque neoinstitucionalista es de esperar homogeneidad en los cambios de las universidades privadas de la Argentina frente a políticas comunes de aseguramiento de la calidad y de financiamiento competitivo de la investigación, siguiendo el enfoque internalista y el énfasis diferencial de los campos disciplinarios, entendemos que lo que se producirá será una diversidad de respuestas, en función de distintas misiones y visiones institucionales.

2. MÉTODO

Para observar los cambios producidos en el sector universitario privado como respuesta a cambios en el entorno, regulaciones, señales e incentivos generados por las políticas públicas de aseguramiento de la calidad y de financiamiento competitivo de la investigación, se analizó la evolución de un conjunto de indicadores de insumos y resultados de I+D. Además de su evolución, se evaluó su valor promedio para todo el sistema universitario privado, en un período previo a dichas políticas y uno posterior, lo que permitió analizar si existen diferencias significativas entre los períodos. Los indicadores analizados se elaboraron sobre una base de datos original, la cual se construyó mediante la recolección de información de las siguientes fuentes: Scopus, MINCYT, Anuario SPU 2010, Guía de Carreras SPU 2013, páginas web de las instituciones y base de datos de la Gerencia de Recursos Humanos del CONICET. Por último, partiendo de la información disponible, se seleccionaron los indicadores considerados más representativos del desarrollo de la investigación en las universidades, y a partir de una combinación de ellos, mediante una técnica conocida como análisis de conglomerados, se clasificaron las instituciones en tres grupos. El análisis de conglomerados es un término colectivo que abarca una amplia variedad de técnicas para delinear grupos naturales o clusters en los conjuntos de datos (Anderberg, 1973). Esta técnica se implementó utilizando los datos de cantidad de investigadores y becarios CONICET, la cantidad de publicaciones y citaciones en Scopus, la cantidad de proyectos financiados por la ANPCyT y la cantidad de programas de doctorados. Se trabajó con los valores medios de dichas variables estandarizadas, al convertirlas en variables con media cero y varianza uno (esto se logra restando a cada observación el valor de la media y dividiendo por el desvío estándar), de forma tal de evitar que la escala de las mismas influya en la clasificación. Luego, se buscó minimizar la distancia entre los valores medios de las seis variables seleccionadas. Esta metodología arrojó la distribución de las instituciones universitarias que se presenta en la sección 3.3.

Es de destacar que Scopus, desarrollada por Elsevier, es una de las bases de datos más completas y extensas a nivel mundial. Es utilizada tanto por investigadores como por los rankings internacionales para medir productividad científica. Sin embargo, los campos disciplinarios no se encuentran representados todos por igual, existe una preeminencia hacia las ciencias más duras, y la mayoría de las publicaciones son en inglés. Cabe destacar que esta situación no es la más representativa de las universidades privadas de la Argentina, en las cuales prevalece la producción científica dentro de los campos de las ciencias sociales y humanas, difundida centralmente a través de artículos y libros escritos en español. No obstante, se considera que una de las principales ventajas de Scopus es la calidad y disponibilidad de sus datos, lo que hace que los resultados obtenidos sean adecuados para mostrar tendencias. De esta manera consideramos que la productividad científica medida desde esta base de datos es válida pero limitada.

3. RESULTADOS

La exposición de los resultados comienza con el análisis de los cambios detectados en los insumos de la actividad de investigación en las universidades privadas, para continuar con las transformaciones en los productos. Por último, se analiza en qué medida es posible afirmar que estas transformaciones en los insumos y productos son estadísticamente significativas y, a partir de la estandarización de un conjunto de indicadores, se clasifica al sector universitario privado en tres grupos con el fin de destacar la diferenciación institucional presente en el sector en lo que respecta al grado de desarrollo de la actividad de investigación en su seno.

3.1. Mejora en los insumos de la actividad de investigación en las instituciones universitarias privadas

La mejora en los insumos para la realización de la actividad de investigación en las instituciones universitarias privadas tiene lugar en un periodo de expansión del gasto en I+D. Los gastos en términos reales crecieron 132 por ciento entre el 2001 y el 2011 y en términos del PBI, se pasó de una inversión equivalente al 0,42 al 0,65 por ciento (MINCYT, 2002, 2013).

Cuando se observa la evolución del gasto de I+D por sector de ejecución, se aprecia el fuerte incremento en términos reales a lo largo de toda la década, destacándose en particular la expansión del gasto ejecutado por los organismos públicos de ciencia y tecnología, dentro de los cuales se destaca el CONICET. El gasto ejecutado por las universidades privadas también crece en esta década, pero disminuye en el año 2010 (véase figura 1). Al respecto se debe tener presente que el pago de salarios de los investigadores y becarios que pertenecen al CONICET se encuentra contabilizado en el monto de los gastos ejecutados por los organismos públicos, aun cuando dicho personal desempeñe su función en una universidad privada o pública. En suma, tanto en las universidades privadas como en las públicas, la ejecución real del gasto es superior a lo que revela la Figura 1. Cabe señalar que los investigadores CONICET cuyo lugar de trabajo es una universidad privada pueden percibir la remuneración que les aporta el Estado a través del CONICET o la que les ofrece la universidad privada, si esta última es superior a la primera. Sólo en el primer caso los salarios CONICET estarán incluidos en el gasto ejecutado por los organismos públicos

Figura 1. Evolución del gasto real en I+D por sector de ejecución (en pesos constantes de 2001)

Fuente: Indicadores de Ciencia y Tecnología 2001 y 2011.

En cuanto a la cantidad de personal dedicado a las actividades de I+D, se observa que en todas las organizaciones el aumento ha sido considerable, dando lugar a casi una duplicación de los investigadores, becarios y personal de apoyo y técnicos. Si bien la mayoría se concentra en los organismos públicos de ciencia y tecnología y en las universidades públicas, en la tabla 1 podemos apreciar que la expansión en términos porcentuales ha sido un poco mayor en las universidades privadas que en las públicas.

Tabla 1. Personal dedicado a I+D, equivalente a jornada completa (EJC), según tipo de entidad y función, 2001-2011

2001

2011

Incremento

2001-2011 en %

Investigadores EJC

Univ. Públicas

10.886

18.449

69,0

Univ. Privadas

515

1.093

112,0

Total Sistema*

20.894

36.295

73,0

Becarios de investigación EJC

Univ. Públicas

1.206

2.956

145,0

Univ. Privadas

83

268

222,0

Total Sistema*

4.762

14.045

194,0

Personal Técnico y de Apoyo I+D

Univ. Públicas

930

3.051

228,0

Univ. Privadas

252

453

79,0

Total Sistema*

11.788

19.353

64,0

Total Univ. Pública

13.022

24.456

87,0

Total Univ. Privada

850

1.814

113,0

Total

37.444

69.693

86,0

Fuente: Indicadores de Ciencia y Tecnología 2001 (MINCYT 2002) y 2011 (MINCYT 2013).
Nota: * incluye organismos públicos como CONICET, empresas y entidades sin fines de lucro.

Al respecto, debemos tener presente que dentro del grupo “organismos públicos”, el CONICET ocupa un lugar central. Precisamente otro rasgo del período fue la importante expansión cuantitativa en el número de becarios para realizar estudios de doctorado y postdoctorado financiados por este organismo y en la cantidad de investigadores que ingresaron en la última década a la carrera del investigador científico que administra y financia el CONICET. La cantidad de becas de estudios doctorales y postdoctorales ascendió de 4.713 en 2006 a 8.801 en 2011. Por su parte, el número de investigadores se casi duplicó entre 2003 y 2011, pasando de 3.677 a 6.939 (CONICET, 2013).

En el caso de las instituciones universitarias privadas, la cantidad de investigadores del CONICET se triplicó entre el 2004 y el 2012, elevándose de 71 a 179. Aún más impactante fue el crecimiento en la cantidad de becarios de doctorado y postdoctorado, aumentando más de seis veces en dicho periodo (de 23 a 143 becarios) (CONICET, 2013).

Además del crecimiento ya mencionado en la oferta de puestos para ingresar a la carrera del investigador del CONICET, y especialmente de becas para realizar estudios doctorales y postdoctorales, podemos mencionar otras dos razones que podrían estar explicando el aumento en el número de investigadores y becarios de este organismo en el sector privado. En primer lugar, desde el año 2004 ha mejorado significativamente el salario real de los investigadores CONICET, tornándose más atractiva la carrera del investigador. En segundo lugar, contar con personal académico del CONICET, cuyo proceso de selección es altamente meritocrático, otorga prestigio a la universidad privada que lo alberga. Además de elevar la reputación de la universidad, disponer de investigadores y becarios CONICET constituye un rasgo positivo a la hora de acreditar las carreras de grado y posgrado ante la CONEAU y de concursar exitosamente por fondos competitivos para la investigación. Siguiendo este razonamiento, y teniendo en cuenta la hipótesis de procesos isomórficos frente a procesos coercitivos y miméticos en el entorno organizacional sostenida por Powell y DiMaggio (1991), lo esperable es que todas las universidades privadas aprovecharan esta oportunidad de contar con investigadores financiados por el sector público, que a su vez les otorga prestigio frente a la sociedad y ante los organismos públicos de aseguramiento de la calidad y de financiamiento de la investigación. Sin embargo, a partir de la evidencia disponible, es posible constatar que este sector no ha respondido de modo homogéneo frente a estos estímulos del entorno organizacional. Lo que apreciamos en las Figuras 2 y 3 es que sólo un grupo de aproximadamente un tercio de las 62 instituciones universitarias privadas ha logrado incorporar investigadores y becarios del CONICET.

Figura 2. Becarios CONICET en Universidades Privadas

Fuente: Elaboración Propia en base a datos de la Gerencia de Recursos Humanos del CONICET.

Figura 3. Investigadores CONICET en Universidades Privadas

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la Gerencia de Recursos Humanos del CONICET.

Además, cabe destacar que entre las cinco universidades privadas con mayor cantidad de investigadores del CONICET (Católica Argentina, Di Tella, San Andrés, Austral y Católica de Córdoba), tres de ellas presentan la mayor proporción de estos investigadores por alumno dentro del sector privado, si tenemos en cuenta su matrícula. Mientras que las universidades privadas de mayor tamaño tienen entre 20 y 25 mil estudiantes, Di Tella, San Andrés y Austral tienen apenas 2.999, 1.969 y 4.316 alumnos de grado y posgrado respectivamente (Ministerio de Educación, 2013). Barsky (2007) también encuentra que en el 2006 el 75,7 por ciento de los gastos de I+D del sector privado se concentraban en sólo 10 universidades privadas. Esto muestra la heterogeneidad del sector en cuanto a su misión institucional, adquiriendo la actividad de investigación una mayor relevancia en algunas universidades por sobre otras. En suma, aun cuando todas las universidades privadas enfrenten los mismos estímulos en su entorno, éstas responden de modo variado según sus propios perfiles académicos, profesionales y estrategias organizacionales.

En lo que respecta al personal académico dedicado a I+D en las instituciones privadas, otro dato a destacar ha sido la mejora en la formación académica. En efecto, la tabla 2 muestra, en el período 2001-2011, que el porcentaje de personal I+D con doctorado se elevó en mayor proporción en el sector privado que en el público (véase Tabla 2).

Por otro lado, el aumento en la cantidad de personal destinado a I+D y un volumen de inversión que no creció al mismo ritmo, hizo descender el gasto ejecutado por investigador en el sector privado. En términos reales, el gasto ejecutado en el sector privado por investigador EJC (equivalente a jornada completa) cayó 28,1 por ciento entre el año 2001 y el 2011 (véase tabla 3). Como se señaló anteriormente, los salarios de los investigadores y becarios de CONICET que están en las universidades privadas y que cobran las remuneraciones del CONICET están incluidos en el rubro “organizaciones públicas” y no en “universidades privadas”.

Tabla 2. Cargos de Investigadores de Jornada Completa y Parcial dedicados a I+D según grado académico alcanzado y gestión de la universidad (en %)

Grado Académico

2001

2011

U. Pública

U. Privada

U. Pública

U. Privada

Grado

65,0

66,5

58,6

48,5

Maestría

8,3

10,3

11,3

17,7

Doctorado

23,3

18,5

23,3

30,0

Otros

3,4

4,7

6,8

3,7

Total

100

100

100

100

Fuente: Elaboración propia en base a Indicadores de Ciencia y Tecnología 2011 (MINCYT 2013).

Aun cuando el gasto en I+D por investigador disminuyó en la década analizada, como se verá en la siguiente sección, la mejora en el plantel de docentes investigadores permitió a algunas universidades privadas competir exitosamente por los subsidios públicos disponibles. De este modo algunas universidades privadas aprovecharon la oportunidad que se abrió a partir de la oferta de financiamiento público competitivo para el sector universitario en su conjunto y de la existencia de líneas de fondos públicos reservados al sector privado en particular.

Tabla 3. Argentina: Gastos en I+D por investigador equivalente jornada completa (EJC) (en precios del 2011) (en %)

2001

2011

Increm. %

Organismo Público

310.186

400.279

29,0

Univ. Pública

154.423

193.540

25,3

Univ. Privada

223.243

160.620

-28,1

Empresa

464.290

775.025

66,9

Entidad sin fin de lucro

316.573

520.543

64,4

Fuente: Elaboración propia.

3.2. Mejora en los productos de la actividad de investigación en las instituciones universitarias privadas

La mejora que se dio en los insumos para la investigación trajo también consecuencias sobre lo que podríamos llamar productos de la actividad de investigación. En este sentido, es notable el aumento en la cantidad de proyectos de universidades privadas financiados por la ANPCyT, aunque también se encuentran concentrados sólo en un pequeño grupo de universidades, tal como puede apreciarse en la figura 4.

Figura 4. Número de proyectos de Universidades privadas financiados por la ANPCyT. Total histórico

Fuente: Elaboración propia sobre información de la página http://www.agencia.mincyt.gob.ar/frontend/agencia/instrumentos/3

Por otra parte, otro posible efecto del aumento de los fondos para la investigación es el incremento en la cantidad de artículos publicados en revistas indexadas en Scopus. Puede observarse el significativo aumento en el periodo 2001-2011 respecto de la década anterior 1990-2000 y su mayor concentración en algunas universidades (véase figuras 5 y 6). Conjuntamente con el aumento de publicaciones, se produjo un crecimiento significativo en la cantidad de citaciones (véase eje derecho de la figura 5).

Un factor que sin duda predispone al desarrollo de la investigación es el área de conocimiento. En la Figura 7 puede observarse la cantidad de publicaciones históricas por disciplina, destacándose la concentración en el campo de las ciencias bio-médicas. También se debe tener presente que en la fuente utilizada, Scopus, este campo disciplinario se encuentra mejor representado que los campos de las ciencias sociales y humanas.

Si bien la disciplina tiene un rol muy importante en cuanto a la cantidad de publicaciones, también la institución cumple un rol muy significativo. En la Figura 8 se presenta la cantidad de publicaciones en Scopus de universidades e institutos universitarios privados que dictan la carrera de Medicina. Se observa que, a pesar de que todos ofrecen esta carrera, en algunas instituciones se publican más artículos académicos que en otras. Cabe mencionar que también se analizó el caso de las Universidades e Institutos Universitarios que dictan carreras de Economía o Ciencias Básicas y se observó un fenómeno similar. Por otro lado, el tamaño o el año de creación de las instituciones tampoco resultaron variables que inciden sobre la cantidad de publicaciones. Puede apreciarse el caso del Instituto Universitario Hospital Italiano, que a pesar de haber sido creado en forma reciente y de tener una matrícula baja, es la institución que tiene más publicaciones en revistas indexadas en Scopus. Cabe mencionar que Scopus provee información histórica, inclusive anterior a la creación del Instituto, dado que esta institución existía como Hospital y algunos de sus médicos ya realizaban investigaciones.

Figura 5. Número de publicaciones y citaciones en Scopus. Universidades e Institutos universitarios privados de la Argentina

Fuente: Elaboración propia a partir de la base de Scopus.

Figura 6. Número de publicaciones en Scopus por Universidad

Fuente: Elaboración propia a partir de la base de Scopus.

Figura 7. Publicaciones en Scopus, Universidades Privadas de la Argentina. Valores históricos hasta junio de 2013). Porcentaje por campo disciplinar

Fuente: Elaboración propia a partir de la base de Scopus.

Figura 8. Publicaciones en Scopus de universidades e institutos universitarios privados que dictan carreras de Medicina (valores históricos hasta 2012)

Fuente: Elaboración propia en base a datos de Scopus y del anuario SPU (2010)
Nota: El tamaño de la burbuja representa la cantidad de publicaciones.

Por último, cabe comparar la cantidad de doctorados que dictan las Universidades Privadas, ya que ellos suelen estar vinculados con la producción científica de conocimiento (véase figura 9).

Se observa que 26 instituciones (41 por ciento) cuentan con al menos un doctorado y sólo 12 (19 por ciento) con más de tres.

Figura 9. Cantidad de doctorados por institución

Fuente: Elaboración propia en base Guía de Carreras SPU 2013 y páginas web de las instituciones.

3.3. Análisis de diferencia de medias entre períodos y de conglomerados

A continuación se presenta un análisis de diferencia de medias de algunas variables de insumos y productos (véase tabla 4). Las diferencias de medias indican que entre un período y otro, se encuentran diferencias estadísticamente significativas en los valores medios de las variables presentadas y el grado de confianza con el que se puede afirmar que los valores medios entre un periodo y otro son diferentes. Como puede apreciarse, con una confianza del 99 por ciento, se puede afirmar que el promedio de becarios CONICET y de publicaciones y citaciones en revistas indexadas por Scopus por universidad o instituto universitario es diferente para cada uno de los períodos analizados. Asimismo, con una confianza del 95 por ciento se puede señalar que el promedio de investigadores CONICET, de proyectos en general, y de proyectos PICT y PICTO son diferentes entre períodos. Y por último, con 90 por ciento de confianza podemos afirmar que la cantidad promedio de PICTOR y de IP-PAE difieren entre un período y otro analizado.

Finalmente, es interesante realizar un análisis de grupos, a fin de encontrar similitudes que nos permitan agrupar las universidades e institutos universitarios según sus características.

En la tabla 5 se presentan los grupos que se conforman si se minimizan las distancias entre las medias de las siguientes variables estandarizadas: publicaciones y citaciones en Scopus para el período 2001-2011, proyectos financiados por la ANPCyT entre los años 2005 y 2012, la cantidad de investigadores y becarios CONICET al año 2012 y la cantidad de programas de doctorado que tienen las universidades o institutos privados.

Tabla 4. Diferencia de valores medios de insumos y productos de investigación

Promedio por Universidad o Instituto (período 1)

Promedio por Universidad o Instituto (período 2)

Diferencia

Investigadores CONICET1

1,15

2,89

1,74

**

Becarios CONICET1

0,37

2,31

1,94

***

Publicaciones en Scopus2

12,32

72,24

59,92

***

Citaciones en Scopus2

35,21

635,19

599,98

***

PICT3

0,31

0,97

0,66

**

PICTO3

0,13

0,85

0,73

**

PICTOR3

0,11

0,00

-0,11

*

PID3

0,05

0,02

-0,03

IP-PAE3

0,00

0,03

0,03

*

PAV3

0,02

0,00

-0,02

Proyectos3

0,61

1,87

1,26

**

Fuente: Elaboración propia.
Nota: 1 Período 1: año 2004, Período 2: año 2012, 2 Período 1: 1990-2000, Período 2: 2001-2011 3 Período 1: 1996-2004, Período 2: 2005-2012. * Significativo estadísticamente con una confianza del 90%, ** Significativo estadísticamente con una confianza del 95% *** Significativo estadísticamente con una confianza del 99%.

Tabla 5. Análisis de Conglomerados utilizando publicaciones y citaciones en Scopus, Proyectos, Investigadores y Becarios CONICET y cantidad de programas de doctorado

Grupo 1 (44 Obs.)

Grupo 2 (10 Obs.)

Grupo 3 (8 Obs.)

Aconcagua

Congreso

Kennedy

Católica Cuyo

Belgrano

Austral

Adventista

Cuenca del Plata

Marín

UCES

ITBA

CEMIC

AsPsBA

Dachary

Marina

Católica La Plata

Maimónides

Favaloro

Atlántida

EAN

Maza

Católica Misiones

Mendoza

Hospital Italiano

Barceló

Empresarial

Metropolitana

Católica Salta

Morón

Católica Argentina

Biom. Córdoba

ESEADE

Museo Social

Católica S.Estero

Palermo

Católica Córdoba

Blas Pascal

Este

Notarial

UFASTA

Salvador

San Andrés

CAECE

Flores

Popular

UNSTAquino

UADE

Di Tella

CELat

ISALUD

River

Concepción

CEMA

 

Champagnat

ISEDET

San Pablo

IUNIR

Católica S.Fe

 

Cine

IUdelGR

Teología

Abierta Interamer.

 

 

Fuente: Elaboración propia.

Tal como puede apreciarse, el análisis de conglomerados permite distinguir tres grupos de universidades (véase tabla 5). El Grupo 1, el más numeroso con 44 universidades, es aquel con menor actividad de investigación, según el promedio de cada una de las seis variables analizadas. El Grupo 2 está compuesto por 10 universidades (Universidad de Belgrano, ITBA, Universidad Maimónides, Universidad de Mendoza, Universidad de Morón, Universidad de Palermo, USAL, UADE, UCEMA y Universidad Católica de Santa Fe) y se caracteriza por ser el que tiene la mayor matrícula promedio (11.348 estudiantes). Es el grupo intermedio en términos de actividad de investigación según los valores presentados por las variables analizadas. Por último, el Grupo 3 es el más reducido en cantidad de instituciones, con ocho universidades (Universidad Austral, Instituto Universitario CEMIC, Universidad Favaloro, Instituto Hospital Italiano, Universidad Católica Argentina, Universidad Católica de Córdoba, Universidad de San Andrés y Universidad Torcuato di Tella) y en matrícula promedio (4.188 estudiantes) y es el que produce la mayor cantidad de actividad de investigación (véase Tabla 6). Cabe mencionar que de las 8 instituciones del Grupo 3, hay 6 que tienen un tamaño más bien reducido (matrícula promedio 1.272), mientras que 2 son notablemente más grandes (la Universidad Católica de Córdoba tenía 8.469 alumnos de grado en 2010 y la UCA 17.404). Dentro de este grupo se destaca un subgrupo formado por tres institutos universitarios dedicados exclusivamente al área de Salud: CEMIC, Favaloro y Hospital Italiano y dos universidades inicialmente más concentradas en ciencias sociales, Di Tella y San Andrés.

Tabla 6. Valores promedio de las variables para cada grupo

Grupo 1

Grupo 2

Grupo 3

Investigadores

0,3

4,3

15,4

Becarios

0,4

4,7

9,9

Proyectos

0,3

2,3

10,1

Publicaciones

9,4

91,2

394,4

Citaciones

37,3

810,5

3704,4

Doctorados

0,3

3,3

3,8

Matrícula

6.436

11.348

4.188

Fuente: Elaboración propia.

4. CONCLUSIONES

Los resultados de esta investigación evidencian que las regulaciones, señales e incentivos generados por el nuevo entorno de las políticas públicas de aseguramiento de la calidad y de financiamiento competitivo de la investigación favorecieron el aumento de la actividad de investigación en el sector universitario privado argentino. No obstante, en línea con el enfoque internalista de Clark (1983, 2004) se observa que este aumento es más significativo en aquellos casos cuya misión y perfil institucional están más focalizados en el desarrollo de la investigación (Grupo 3 del análisis de conglomerados). Por lo tanto, podemos afirmar que si bien todas las universidades privadas enfrentaron las mismas regulaciones y estímulos en su entorno de políticas públicas de calidad y financiamiento, sus respuestas estuvieron mediadas por la heterogeneidad de sus misiones y estrategias organizacionales.

En línea con lo afirmado tanto por Clark (1983, 2004) como por Becher (2001), se observó que la disciplina es otro factor que influye en el nivel de respuesta a las políticas públicas estudiadas. Esto puede verse en la mayor producción científica del área de medicina y en el subgrupo -dentro del grupo 3- correspondiente a tres institutos universitarios focalizados en el área de la salud.

Si bien se hallaron indicios de cambios isomorfos (Powell y DiMaggio, 1991) éstos sólo se concentran, según el análisis de conglomerados (véase tabla 5), en las 10 instituciones del Grupo 2. La mayor cantidad de instituciones del sistema (44 pertenecientes al Grupo 1) no reflejó cambios importantes en la actividad de investigación en respuesta a estas políticas públicas para el período analizado. También se observa que los cambios más significativos se dan en un pequeño grupo de instituciones universitarias privadas (8 casos pertenecientes al Grupo 3) pero, como ya se ha mencionado, responden principalmente a su misión institucional y a su perfil disciplinar.

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{1} Proyecto financiado por el 8º Concurso interno de proyectos de investigación científica de la Universidad Austral 2012.